NARRADORA
— Así que, la próxima vez, detente a pensar un segundo antes de intentar asesinarme —terminó su discurso el gemelo mientras sobaba su cuello.
— Mejor la próxima vez específica y procura utilizar palabras que no pueda mal interpretar —le sugirió la rubia—. O mejor aún, procura no interesarte en mi mejor amiga —le soltó sin poder creer por completo la situación.
— Muy graciosa. Ya hablamos sobre eso —le recordó Taylor.
Alex bufo y rodó sus ojos. Le alegraba que al pelinegro le gustaran las chicas, aunque si no fuera así, de todas formas lo querría, pues vivió con la idea de que era gay desde hace años y nada había cambiado en su relación. Lo que no le fascinaba por completo es que le gustase su amiga, ella era una buena chica y no dudaba de que Taylor podía ser un buen novio, pues ya lo había amenazado, así que tendría que ser un buen novio si o si.
Pero seguía siendo algo raro para ella, pensaba en que tendría que aguantar cualquier comentario cursi que tuvieran el uno del otro, pues con la confianza que se tenían, seguro Taylor le hablaría de Phoebe de vez en cuando. Y era un hecho que Phoebe le hablaría de Taylor, tal vez todo el tiempo.
El teléfono del Raynolds número dos sonó y de inmediato pinto una sonrisa en su boca.
— Es Phoebe —les informó, aunque nadie se lo había preguntado y después salió de la cocina mientras le respondía a la castaña.
— ¡¿Y ella cuando te dio su numero?! —preguntó la rubia y recordó el día anterior, donde estuvieron juntos los cuatro todo el día y en ningún momento intercambiaron números celulares.
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— ¿Puedes recordarme porque te llamó a ti y no a mi? —le preguntó la rubia a Taylor quién se encogió de hombros.
— Porque a mi puede besarme —respondió refiriéndose a Phoebe. Aún no eran novios, pero podrían serlo y si sucedía, era más que obvio que se besarían en algún momento.
Alex hizo una mueca instantáneamente al imaginarlos besarse y negó tratando de borrar la imagen de su cabeza.
La chica abrió la puerta como si de su casa se tratase y entro seguida de los gemelos. Se fueron directo a la sala, esperando a que algún miembro de la familia Thunderman apareciera.
— Ahg. ¿Ustedes aquí? —escucharon a sus espaldas, así que se giraron. Max los observaba con desagrado, pero no estaba sorprendido de que hubieran entrado como si nada a su casa, pues la chica que los lideraba pasaba más tiempo en esa casa que él mismo, y eso que él vivía allí—. Me voy —y se dio media vuelta para bajar a su guarida.
Los gemelos y la rubia se encogieron de hombros y se pusieron a charlar animadamente.
¿Porque estaban en la casa de los Thunderman? Fácil. Phoebe les sugirió que se fueran todos juntos y no que ellos llegaran por separado a la casa donde sería la cena familiar, en un principio se negaron, no querían ser molestia, sin mencionar que Alex no quería estar más tiempo del estrictamente necesario con Max, pero ni los gemelos ni ella tenían auto y la motocicleta no era una opción viable por qué la rubia usaría un vestido, además de que llegaría con el cabello hecho un nido de pájaro. Así que terminaron aceptando.
— ¿Pueden explicarme el porque tienen un esmoquin cada uno? Se supone que escaparon ¿Que demonios hacen con un par de trajes? —les preguntó la rubia refiriéndose a las bolsas donde cargaban los tres atuendos.
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The Thundermans...algo así
Novela Juvenil"Entre a la gran casa guiada por la chica sonriente -ahora mi amiga- nos sentamos en el sofá y la platica surgió de la nada, haciéndonos reír por nuestros comentarios -obviamente bobos- - ¡¿Qué hace ella aquí?! -mencionaron a mis espaldas, gire enco...