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República de Florencia. 1478.

Atalaya*. 14:29 p.m.

El rubio suspiró con pesadez por décima vez mientras veía personas en las calles ir y venir debajo suyo, observándolos desde el punto más alto de la atalaya en que se encontraba para despistar a los guardias que lo perseguían al haber matado a uno de ellos, el que tenía más protección en armadura, para entrar a la cripta* del sacerdote y matarlo. El maldito tenía demasiada seguridad rodeándolo y para su mala suerte no fue a dicho lugar con bombas de humo, también, su notoriedad había subido en demasía, por ser descubierto ahora tendría más hombres protegiéndolo. Debía arrancar los estúpidos pedazos de papel que lo hacían quedar mal. El día no podía ser peor. La misión le tomaría más tiempo, y era de lo que menos tenía.

Debía llamar a su doctor para que le curase las heridas, no eran tan graves ni profundas como para infectarse y que le dé una gangrena* salvaje, pero fue porque el jodido guardia que lo agarró tenía un puto hacha y es más fácil el vencerlo con los puños en un contraataque; sí, parece injusto, pero ambos no iban a tener una pelea teniendo acuerdos. Pero lo mató y escapó de los demás, que es lo que importa.

Pero bueno, todo lo hacía por un buen ciudadano del pueblo que fue elegido de forma injusta -casualmente su pareja- por un obispo*, este buscó entre las personas más bellas de la aldea para poder casarlo en contra de su voluntad con uno de sus arzobispos o sacerdotes, y de entre el cúmulo de personas, Park JiMin fue elegido.

Ahora que lo pensaba, debía matarlos a todos para prevenir una horrible venganza en contra suya. Puede matar al estúpido sacerdote Lee JiHoon, pero lo más probable es que todo el ejército que posee la iglesia podría crear un complot en su contra, o hacer una búsqueda interminable para que estos mismos lo maten y "hacer justicia". Pero todos pecan. Incluso la misma iglesia, que intentan cometer genocidio u holocausto contra los asesinos para "hacer el bien", mas los que están mal son ellos.

Saltó de la atalaya calculando en lugar en el cual debía caer, una carretilla con pasto, y tratar de no morir en la caída abismal que se le presentó. Aterrizó en el lugar requerido, escondiéndose también de los guardias que circulaban por la zona, YoonGi salió de su escondite y se mezcló entre las personas que caminaban muy pegadas, evitando así el ser reconocido por ellos.

Acomodó su capucha que escondía su rubio cabello y tomó un desvío tomando desapercibido entre la gente totalmente extraña con las que caminaba.

Esto le jodía, no podía ver a su bella pareja ya que se le fue arrebatada sin su consentimiento. Cualquiera querría contraer matrimonio con dicho sujeto, Jihoon no era un hombre de malas características o de malas proporciones, es conocido entre la sociedad por lo guapo que es y el olor masculino que su esbelto cuerpo emana, el afortunado tendría fortunas y riquezas gracias el chico, Jimin rechazó eso pese a la vida humilde que ambos ejercían. Explicó, porque viviendo junto a él encontró la felicidad y el amor que años atrás deseó, algo en donde en una situación obligatoria es escasa. Separándolo de su pareja y ser juntado con otro ser que desconoce no está la armonía a la que ya estaba acostumbrado por el pasar de los años.

Llegó a la casa del doctor y tocó a la puerta, esperando pacientemente a que el moreno abriera esta. Si no quería que algo malo le sucediera gracias a esas pequeñas heridas con mínimos cortes, al menos debían ser limpiadas y tratadas con el material adecuado.

En cuestión de minutos fue abierta, dejando ver al chico alto que abrió, sorprendiéndose de que quien le abrió no fuese alguien conocido. Era de piel clara pero no más que la suya, unos centímetros más alto que el rubio y de hombros anchos, que vestía únicamente una bata de baño. El chico de cabellos negros le miró de la cabeza a los pies, abriendo los ojos de golpe al reconocerlo, pero cuando iba a emitir una palabra una mano impactó contra su boca colocando presión, se adentró a la vivienda cerrando la puerta detrás suyo. No conocía al chico para nada, así que no sabía si podía andar como si no lo hubiera visto.

 殺人。 «YoonMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora