Cómo tú, Seth fue en su día mortal, nacido en las orillas del fértil Nilo hace casi 7000 años. Era un gran cazador y soldado, y su único rival era su hermano mayor Osiris. Los dos eran nietos de Ra, un poderoso señor bajo cuyo liderazgo los pueblos primitivos del Nilo conquistaron y unieron al Alto y Bajo Egipto. Ra consolidó su reino en gran medida gracias a la habilidad marcial de Seth.
Pero era un gobernante celoso. Sólo mediante el engaño sus hijos Geb y Nut, tuvieron hijos propios. Ra les había ordenado que no tuvieran herederos, temiendo que esta progenie codiciara su poder. Ra se sentía cada vez más temeroso, sospechaba cada vez más de ellos. Cómo Geb, su padre, los dos jóvenes se casaron con sus hermanas, Isis y Nefitis. Osiris e Isis dieron a luz a Horus. Seth y Nefitis no tuvieron descendencia.
Mientras Ra se debilitaba con la edad, su mente quedó perjudicada. Ordenó la muerte de Geb y Net por tener hijos y traicionarlo. Geb fue enterrado vivo y Nut aún con vida, fue despedazada y ofrecida a los buitres como carroña. Años más tarde, tras el surgimiento del culto de Osiris los hermanos martirizados fueron reverenciados como dioses. Geb era considerado el Señor de la Tierra, y Nut la Diosa del Cielo; el recuerdo de su asesinato quedó acallado por el paso del tiempo y sólo se recordó la naturaleza de sus muertes. Seth, de gran corazón, lloró por sus padres y combatió a Ra, al que ahora odiaba. Cómo castigo por su lealtad hacia sus padres, fue exiliado a los desiertos que flanqueaban las tierras fértiles del cauce del Nilo.
El traicionero Osiris permaneció en silencio, postrándose ante Ra cómo la rata que era. Se declaró leal al asesino de su padre y de su madre. Ra lo recompensó declarando al traidor su heredero. Tras la muerte de Ra, Osiris fue nombrado Rey del Alto y Bajo Egipto. Obsequioso hasta el final, proclamó a su abuelo fallecido un dios, y de este modo se estableció la veneración a Ra, el dios del Sol en las tierras del Nilo.
Seth, que supo en el exilio de las noticias regresó a Egipto, donde descubrió que su hermana y esposa Nefitis le había traicionado y yacía en el lecho de su hermano cómo una más de sus mujeres, dando a Osiris otro hijo: Anubis. Seth, siempre tolerante, no sintió odio hacia su esposa pero exigió con toda justicia a Osiris que como hermanos iguales deberían dividir el reino entre los dos. Solicitó ser nombrado Señor del Alto Egipto, que era principalmente desierto, mientras Osiris retenía el trono del Bajo Egipto una tierra fértil gracias al Delta, Seth se conformaba con poco para no entrar en conflicto con su perverso hermano. Osiris se negó y, a la manera de su abuelo, expulsó a Seth a los desiertos, diciéndole: "Marcha y deja que las arenas te conforten, las serpientes y los escorpiones serán tus únicos compañeros".
Nunca esperó que alguien por quien pudo dar la vida le hiciera eso. Apesadumbrado, dolido y enfurecido, Seth abandonó Egipto, y viajo al norte, a las tierras de Asiria, donde vivió un tiempo con el nombre de Sutekh. Fue en este terrible exilio donde fue descubierto por su Consorte, igual que yo te descubrí hace pocos meses. Cómo yo mismo, la Consorte de Seth era una vampiresa, una bebedora de sangre. Durante milenios hemos acechado invisibles en las sombras de la humanidad. La Consorte de Seth era la hija de Caín; podríamos llamarla una de la segunda casta, Caín fue el primer vampiro, la Primera Casta. Yo pertenezco a la undécima.
Seth y su Consorte viajaron entonces a la segunda ciudad, donde la segunda Casta y sus descendientes moraban en las tinieblas. Allí Seth conoció a sus hermanos y hermanas de la Tercera Casta, muchos de los cuales lo despreciaban cómo suele ocurrir con los hermanos mayores. Para Seth, aquellos vampiros eran engañosos y crueles. Intento no relacionarse mucho con ellos, tratando de mejorarse, cómo siempre había hecho, mediante las armas del guerrero.
Aprendió mucho sobre los Vástagos en aquellos primeros años. La luz del sol era odiosa para todos los hijos de Caín, pero él descubrió que la luz en cualquier forma le afectaba terriblemente, más que a cualquier otro de los condenados. El sol le provocaba unas heridas especialmente terribles. Creyó que se debía a que el Dios Sol, Ra, era su enemigo. ¿Y quién va a dudar de las palabras del Gran Seth? Nosotros compartimos su maldición, y por eso el sol nos es tan odioso.
Muchos de sus descubrimientos lo alejaban de la Segunda ciudad, y fue en una de esas ausencias cuando la Tercera Casta se alzó contra sus Consortes y los aniquiló. Las noticias de aquel terrible acto llegaron hasta los oídos Seth, que vagaba por los campos. Juró venganza contra sus hermanos, que habían asesinado a su Consorte junto a todos los demás. Aquella promesa marcó el comienzo del gran conflicto entre todos los vástagos que hoy denominamos la "Guerra oscura". La mayoría de los vampiros ha olvidado este origen pero nosotros recordamos y sabemos que se trata de una guerra santa y justa, una guerra que proseguimos en nombre de nuestro Señor.
Seth sabía que precisaría de un poderoso ejército a sus órdenes para cumplir su juramento, y sabía que sólo había una tierra cuyos guerreros fueran capaces de algo así. De este modo regresó a Egipto. Por causalidad, o quizá por una treta de los ancianos, Osiris había sido convertido en su ausencia, ya que su tiránico gobierno sobre Egipto había atraído la atención de otro vampiro. Grande fue el conflicto entre Seth y Osiris, pero al final fue nuestro señor quien se alzó triunfante. Despedazó el cadáver de su hermano en 14 trozos, que diseminó por todo el país. Acabó también con Anubis y Horus, los hijos de Osiris, pero en su misericordia perdonó la vida de Isis y Nefitis.
Tal vez el más grande error de su inmortal vida, pues fue esta piedad la que casi representó su destrucción. Sin él saberlo, en su ausencia Isis se había convertido en una poderosa hechicera. Recuperó el cuerpo de Horus, restaurándolo a la vida cómo la primera momia. Tras demostrar la eficacia de su magia perversa, Isis reunió los trozos de su hermano muerto, todos salvo su pene, que había sido devorado por un cangrejo, y con sangre y magia resucitó al vampiro Osiris. En ese mismo momento Seth llegó para combatir a las fuerzas que se acumulaban contra él. Una vez más Osiris fue muerto. Isis murió también, y Horus sufrió graves amputaciones.
Tras despertar muchos siglos después del sueño en el que se había sumido tras la batalla, Seth descubrió que el culto a Ra, ahora llamado Amon-Ra, se había extendido por todo el imperio. Gran parte del poder del culto al dios sol se debía a las maquinaciones de la momia Horus, despreciado e inmortal sobrino. Traicionado por su familia, nuestro Señor juró destruir los cultos de Amon-Ra e Isis, aunque esta venganza fuese secundaría ante la Guerra Oscura que había iniciado contra la Tercera Casta.
Durante dos mil años su poder creció, hasta que los mismo Faraones de Egipto no fueron más que peones suyos. Comenzó a ser Adorado por los mortales a los que guiaba contra los falsos dioses de Isis y Amon-Ra. La misma capital de Egipto se desplazó de Menfis donde el culto a Ra era más fuerte, a la ciudad de Tanis donde se encontraba el templo de Seth. Los Faraones se denominaron Setesh en su honor. El culto a Isis, su enemigo, liderado por el perverso Horus, había sido gravemente debilitado. El propio Horus había muerto siendo de nuevo expulsado al Inframundo.
Ni siquiera los criminales intentos de la Tercera Casta y de sus Descendientes a los que esta había creado para combatirle pudieron hacer mella en la gloria de Seth. Incluso los ataques sin provocación de los Lupinos no hacían más que debilitarlo, nunca destruirlo.
Mientras Seth trataba de sanar el daño infligido a su reino por los Lupinos, Horus renació. Aprovechándose del estado debilitado de Egipto, la malvada momia traicionó a su propia patria y dirigió a un ejército libio para invadirla y conquistarla. Seth escapó en el último momento, y sólo cuando fue evidente que todo estaba perdido. Horus se estableció como dirigente de Egipto, mostrando un violento desdén por la vida mortal. Bajo el terrible gobierno de la momia Tebas se convirtió en la nueva capital y se restableció el culto a Amon-Ra. El depravado culto a Isis también renació.
Exiliado en el desierto, Seth juró hacerse tan mortal como las arenas que lo acogían. Igual que sus enemigos lo habían traicionado, prometió blandir contra ellos la traición y la corrupción. Cómo hizo la tercera casta a la que combatía creó a Descendientes que lo sirvieran. Lamentablemente, este gran héroe que fue el padre de todos nosotros quedó abandonado y traicionado por todos sus flancos. Llora por él lágrimas de sangre, y jura seguir la lucha contra sus enemigos... Pero... aún escucho al poderoso Seth susurrar y sé que el aun por el mundo debe andar, todos los sabemos y tu pronto...
Lo sabrás...
NOTA DEL AUTOR
Consorte es una forma de referirse a quien lo transformo
Esta historia es única y es la historia de uno de los personaje de mi novela principal "Caín: El despertar de un mito" Si quieren saber que pasó después leyendo esa novela podrán enterarse.
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Seth: El nacimiento de un Imperio.
Short StoryEn el antiguo Egipto se forjaron grandes mitos y leyendas, de los cuales destaca la historia de un antiguo Dios llamado Nubety Setesh (Seth en occidente). En este relato conoceremos la historia de aquel hombre llamado Seth, el duro camino que tuvo q...