Capitulo 2
—¿Luke te ha hablado de mí?
—Nunca ha mencionado tu nombre. En realidad sólo me ha hablado de tu padre. Tendré que patearle el trasero por ese descuido. Eres preciosa. —Se sentó en la silla a su lado y sonrió, derrochando encanto—. Me voy a sentir muy infeliz si ya te ha echado el ojo.
Un rubor acalorado subió por el cuello de Elizabeth hasta sus mejillas. «¿Se había sonrojado?» Ella jamás se sonrojaba. ¡Jamás! Pero Ashton y sus halagos eran demasiado para una chica acostumbrada a tratar sólo con militares?
—Apuesto lo que sea a que tienes montones de mujeres rendidas a tus pies.Un amago de sonrisa aleteó en esa boca exuberante, pero no contestó.
—¿Luke sabía que ibas a venir?
—No. Y no me ha echado el ojo. Créeme, hace años que no le veo. Creo que todavía estaba en el instituto la última vez que lo vi.
La sorpresa se reflejó en los rasgos morenos y sensuales de Ashton.
—Y ahora llegas aquí como caída del cielo, decidida a hablar con un hombre por el que, si no me equivoco, no sientes un especial cariño. ¿Es así?
Elizabeth palideció. Aquel hombre era realmente perspicaz.
—Yo…, necesito hablar con Luke. Es urgente.
Luke estaba junto a la puerta de la cocina, apretando los dientes con fuerza.
Mier*da, reconocería esa dulce voz en cualquier sitio. Aguda, rítmica, con un leve toque de picardía. «Elizabeth Jones». La chica que lo ponía duro como un martillo neumático. Siempre había sido así. Durante todos y cada uno de los días que había trabajado para el coronel. Era oír su voz y toda la sangre de su cuerpo descendía directamente a su miembro. Una mirada de esos dulces ojos color avellana y ya estaba listo para la acción.
Luke hizo una mueca mientras se recolocaba la bragueta. Mal*dita sea, todavía tenía ese poder sobre él.
Al menos ya no tenía diecisiete años y tentaba a un hombre que era lo suficientemente mayor para saber cuándo no debía jugar con fuego.
Hacía cinco años que había dejado de trabajar para su padre, antes de hacer algo indebido. Algo de lo que, estaba seguro, se hubiera arrepentido más tarde, igual que lo habría hecho ella.
Pero, ¿por qué demonios estaba allí? «Mier*da, sólo hay una manera de averiguarlo…»
Elizabeth contuvo el aliento cuando él entró en la cocina. Luke se detuvo ante la isleta para ocultar la dura evidencia de su excitación. Al ver la sonrisa de diversión de su primo, supo que a él no lo había engañado.
Pero fue a Elizabeth a quien prestó toda su atención. Había madurado. Sus labios eran ahora más provocativos, las pecas se habían desvanecido. Apenas llevaba maquillaje. El aire de inocencia permanecía intacto, y lo invitaba a corromperlo.
Luke apostaría todas sus medallas a que todavía era virgen.
«Estás loco». Elizabeth debía de tener ya veintidós años, veintitrés como mucho. Pero en lo más profundo de su ser sabía que no se equivocaba. ¡Mal*dita sea! Tenía que deshacerse de ella. Y con rapidez. Un deseo incontrolable y una chica virgen eran una combinación peligrosa.
—Elizabeth. —La voz de Luke sonó ronca por el deseo. Reprimió las ganas de hacer una mueca.
— Luke.
Su nombre pareció flotar desde aquellos labios rosados y tentadores. El ronco sonido lo puso más duro todavía. Entonces ella se mordisqueó el labio inferior y él sólo pudo pensar en deslizar su miembro entre esos labios, en penetrar profundamente la sedosa humedad de su boca mientras ella lo miraba con aquellos ojos inocentes.
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Fantasía Prohibida - Luke Hemmings y Ashton Irwin
Fanfiction¿Cómo puede una chica inocente atraer a un famoso y atractivo cantante al que la prensa sensacionalista atribuye prácticas sexuales para las que ella no esta preparada? Elizabeth Jones esta decidida a hacer cualquier cosa para convencer al hombre de...