Poemas De Amor Y Odio De Un Desconocido Lobo Solitario

Prisionero A Voluntad

Aquí me tienes, Atado a ti como ninguna otra persona lo estará jamás. Soy un fiel prisionero encadenado a ti por voluntad...

Me esclavice a tus ojos y me deje arrastrar por ellos. En mi inspiraban grandes cosas esa mirada. Fuego, Pasión, Fulgor, Amor...Todo eso, mucho más esa compleja simplicidad única que refleja tu mirada...Esa, Esa fue la primera cadena que yo ate a mi cuerpo por ti.

Fue el beber del néctar de tus labios que me sonsacaron a buscarte cada vez que sintiera la necesidad de un cálido beso que se robaran incluso mí aliento. Es que comparar tus labios con los de la diosa Aphrodita sería un pecado inadmisible, pues tus labios son los más dulces que cualquier humano pudiera probar... Esa fue la segunda cadena que yo me decidí a atar.

Fue tu esencia misma que me sedujo a caer en tu trampa mortal, Tu laberinto de misterios y tu alma que me hicieron templar de ansias, ansias de explorar y descubrir cada mínima parte de tu personalidad y de tu propio ser, Y cuando lo descubrí quede fascinado y asombrado, tanto así que decidí quedarme allí y ate una tercera cadena a mí.

Deje que fuera tu cuerpo mi prisión eterna en la cual pasaría el resto de la eternidad sin queja alguna viviendo de así fuese de miserias... Y yo era feliz, Me sentí único y especial.

Pero llego un día que hizo que todo cambiara.

Tu mirada ya no era únicamente para mí, decidiste que ya yo era poca cosa para apreciarlos decidiste restarme importancia. Y todo aquello que inspiro miles de cosas, incluso amor se fueron perdiendo una a una y entonces cuando ya no había marcha atrás me arme del valor suficiente y como todo un Titán me impuse y decidí quebrar esa cadena que me ataba a ti.

Esos labios que en algún momento fueron mi vicio más profundo decidieron abandonarme y buscar el abrigo que yo nunca pude brindarles. Ese néctar maldito que en algún momento tanto llego a gustarme, hoy en día lo desprecio de una manera desagradable, y pido perdón a mi ofensa hecha a los dioses pues no pude darme cuenta a tiempo que más que néctar tus labios llevan consigo un veneno funesto incluso hasta para los Titanes más grandes. Y fue la rabia y el rencor quienes me ayudaron a soltarme de esa segunda cadena que me mantenía atado a ti.

Con el tiempo fui notando que tu esencia poco a poco fue cambiando y que tu alma no era tan pura y que por esa razón te fuiste desviando. Cambiaste todo eso que de ti tanto me encanto, Las cosas en las que éramos iguales. Al final te convertiste en lo que juntos criticamos por tantos años... En la persona que yo más odiaría la indicada que de mí solo desprecio ganaría... Y fue la rabia misma el desprecio y el aborrecimiento de en quien te habías convertido que me dieron el arma que utilice para romper la tercera cadena que a ti me tenía unido.

Tu cuerpo, el templo que tanto tiempo yo resguarde. Y tú fuiste a echar todo a por la ventana, por ir tras una aventura vil y pagana. ¿En qué demonios pensabas? Yo, que siempre estuve contigo, Yo que me entregue a ti en cuerpo y alma. En ese preciso momento fue cuando por fin entendí que yo siempre fui preso de ti pero tú nunca de mí...Y con un último esfuerzo desesperado rompí la última cadena que me tenía a ti atado...Fue allí cuando jure nunca más ser un simple esclavo