Capítulo 7

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– ¿Qué? ¡Espera! No puedes hacerle eso a Grillbz, no te atrevas– se encaró Ganz gritándole a Papyrus y tratando de levantarse, siendo interrumpido por el esqueleto más alto, el cual lo empujó al sofá nuevamente acorralandolo en este.

– Si que puedo hacerlo, y lo haré– respondió con tranquilidad Papyrus, sujetando los brazos de Ganz– ¿Cómo te atreves a gritarme?– apretó el agarre.

– Yo...– Ganz se dió cuenta en ese momento de su error, siendo ya tarde para remediarlo– simplemente lo he hecho

– Ya lo he notado– Papyrus alzó uno de sus brazos, dispuesto a golpear a Ganz con sus "garras".

Ganz cerró rápidamente los ojos encogiéndose levemente.

– ¡Atacale! ¡Lo esquivara! ¡Sólo atacale antes de que te de!– Mel apareció al lado queriendo frenar a Papyrus, pero claramente, no podía tocarlo.

Papyrus bajó su mano rápidamente para golpear a Ganz, pero no llegó a hacerlo, saltando para alejarse de unos huesos que se dirigían hacia él y esquivarlos.

– ¡Genial! Al fin me escuchas en algo, bien hecho– felicitó Mel– prepárate, porque no termina aquí

– No quiero pelear con Papyrus– Ganz se levantó rápidamente del sofá mirando a su hermano, poniendose a la defensiva a su vez mientras el otro le veía con odio.

– Vas a tener que pelear creo yo– respondió Mel.

– ¿Qué no quieres pelear?– rió Papyrus– pues en ese caso deja que te haga trizas– se veía enfadado por el ataque anterior.

El guardia real lanzó uno de sus ataques al contrario, el cual los esquivó rápidamente y por reflejo atrapó el alma de su hermano, utilizando su magia azul para poner a Papyrus pegado a la pared sin darle opción de moverse, manteniendo su brazo izquierdo apuntando hacia Papyrus para seguir teniendo la alma de este bajo su magia.

– Ahí está, tu ojo brillando en azul, utilizando uno de tus ataques más poderosos conmigo– Papyrus sonrió de lado– y aun así no vas a ganarme, en el momento que te canses y me liberes por a matarte– amenazó, mirando a su hermano.

Ganz miró a Papyrus con nerviosismo, mientras su ojo izquierdo de vez en cuando cambiaba el color azul por el amarillo, pensando que haría ahora.

– ¡Matalo!– pidió Mel, a lo que Ganz negó– ¡Pues algo habrá que hacer!

– No... No puedo ganar está batalla– murmuró Ganz llevando su mano derecha a su rostro.

– ¡Si que puedes!– animó Mel– solo, mantente determinado

Ganz empezó a negar con la cabeza sentándose en el suelo, manteniendo a Papyrus en la pared.

– No, no; si salgo de aquí en el momento que llegue a la salida de Snowdin, mi magia perderá y Papyrus se soltará, sería cuestión de tiempo que me alcance, no llegaría a tiempo a las ruinas– Ganz apretó su puño derecho– si lo llevo conmigo nos verían y terminaría por tener que pelear con los monstruos... Con los guardias, no quiero matar a nadie, terminaría perdiendo... Y si mato a Papyrus...– Ganz miró a su hermano, quien le escuchaba con diversión, sabiendo que tenía la victoria asegurada.

– ¡Si lo matas podrás salir de aquí y huir! Llegarás a las ruinas antes de que sepan que no está con vida– Mel se puso delante de Ganz mirándole.

– No puedo... Seguramente Undyne podría recuperar su puesto pero... Es mi hermano, no puedo hacerlo... No soy un asesino– Ganz empezó a bajar su brazo izquierdo mientras Papyrus sentía que se empezaba a liberar de la magia azul.

Wasted [Fontcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora