Cap. 1

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Gianluca

Martina y yo somos tan felices, aparentemente, era el día de nuestra boda, no llegamos a celebrarla pero cocinamos una deliciosa barbacoa junto a Piero e Ignazio. Piero estaba triste por la pérdida de su yerno su hija se quedó barada en Grecia recibiendo no mas que dolor.

-Todo saldrá bien -Le decía Martina mientras le ponía una mano en el hombro.

-Ella va a odiarme ¿Qué pensará  hacer con todo esa fortuna?

-¿Qué tu crees? A independisarse y hacer todo lo que ha querido en su vida mientras tú y Nik le cortaban las alas. Te dejará una buena cantidad para que la dejes en paz y luego se irá.

-Se irá sola...

-No está sola, tiene a su hijo. Además quien sabe, de seguro volverá a casarse con ya sabes quien...

-Con ese mucho menos después de la porquería que cometieron los dos -Le dice resentido y fríamente.

-Cariño, mejor ven, déjalo solo- La tomo del brazo.

-Solo intentaba ayudarle.

-No le ayudes, tranquila no te sientas mal. Los niños están algo cansados creo que ya es tiempo de regresar.

-Ignazio.

-Sí dime.

-¿Qué vas a hacer tú hermano?

-llevaré a mis hijos a vacacionar en alguna parte, les daré todo lo que quieran para que lo derrochen en una semana mientras Eva y yo nos perdemos en una cama grande llena de pétalos.

-Tienes una familia hermosa, no la destruyas por un capricho.

-Tú tampoco, tienes una mujer hermosa que le sirve de nodriza a la niña que separaste de su madre.

-Ella es su madre ahora, la respetará y la amará como yo la amo a ella.

Observaba a Martina acurrucar a mi hija entre sus brazos para darle el pecho y luego abre un espacio y le da el otro a Giordani como si fueran gemelos. Dakota pateaba a su hermanito tal parece que no le gusta compartir con su hermanito, me pareció tan gracioso como si dijera "¡oye esta es mí leche, tú busca la tuya!".

-Ya están por dormise, en cuanto termine me juntaré contigo.

-Descuida amor, tómate tu tiempo -Le respondo con un beso en la frente.

Subo a la terraza para hablar por última vez con los chicos y siento una extraña sensación para nada agradable.

-Bueno, creo que hasta aquí llegaron nuestros límites -comenta Ignazio de forma reflexiva -En estos meses aprendimos algo muy importante ¿no es así? -prosigue -Ustedes dos acabaron con la felicidad de sus hijos.

-Deja mucho que decir -responde Piero asintiendo con la cabeza y dándole el último trago a su botella de whisky.

-Pero el destino les ha dado una segunda oportunidad. Tú no tendrás una muerte cargada en la consciencia -Le dice a Piero -Tú tienes una nueva esposa e hijos pequeños para empezar desde cero para que no cometas los mismos errores como fue con Louis -Me dice a mi -Ahora dejen el pasado atrás y preocúpense por ser felices a su manera.

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