Han pasado días desde aquella invitación, no he visto a Daniela tampoco, los trabajos de la Universidad no me dejan tiempo para nada y he aquí, esperando a Blanca...Aún no caigo en como es que siempre hago equipo con ella, me sienta bien, hacemos el trabajo en tiempo, siempre.
-Hola.- La veo llegar.
-Hola.- Sonrío modestamente.
Desde lo de Katy parece más distante y cortante, quizá que le habrá dicho.
-¿Comenzamos? .- Insisto para que diga algo.
- Claro.- Sin más, no dice nada más, ¿Será así?
-¿Qué pasa?
-Nada, ¿Por?
-Te noto distante, más alejada de mí.
La veo dudar, sé que me quiere y que probablemente eso le esté doliendo, suena egoísta pero las cosas son así.
-¿Qué querías? ¿Qué te ruegue? Lo siento pero entendí que te gusta alguien más y en el caso hipotético de que yo te gustara, ya me hubieras aceptado.
-¿Quién me gusta, según tú?
-Te he observado, es aquella chica de biblioteca, y en el caso remoto de que a ella también le gustaras creo que yo saldría sobrando, así que mientras más rápido te saque de mi corazón y pensamientos será mejor.
-¿Usando a Katy? Ella fue a buscarme para retarme, ¿Crees que eso esta bien?
-No y me disculpo por ella. Y que quede claro que no la uso, ella también me gusta.
-¡Ay! Perdón, olvide que eres la «Puedo con todas».
Recogí mis cosas y salí, no necesitaba seguir esa discusión, caminé por la acera un par de cuadras, quizá eso me quitaba la tensión un poco. Ella era mi amiga, no tenía porque fijarse en mí, al final de todo, terminaré regresando a Chile y continuaré mi vida allá.
Ambas son un hipotético caso de amor.
Suspiré.
-Ese suspiro suena a sueños y amores.
El suave aliento pegó en mi nuca, las emociones que en mi cuerpo me hacía sentir, cada que escuchaba esa voz, eran de otro mundo. Las piernas me comenzaron a temblar, era una descompensación y es que yo asumo que me gusta más de lo que he llegado a pensar.
-Suena más a desesperación.- Volteó para quedar frente a frente. Lleva poco maquillaje con el cabello suelto, va vestida de forma sencilla, pero demostrando toda la belleza que le caracteriza.
-¿Gustas tomar un café conmigo?
-Claro.
Tomó mi mano y me llevo a la cafetería más cercana, nos sentamos cerca de la ventanilla que da a la calle, ella no dejaba de sonreír, Blanca tenía razón, si Daniela me hiciera caso yo saldría con ella.
-¿Cómo te va en la Universidad?.- Preguntó antes de tomar un sorbo a su café.
-Excelente, fue un cambio muy grande, aquí la Universidad es tan sólo un poco más ligera de lo que es en Chile. Y a ti, ¿Cómo te va en el trabajo?
-Excelente, los días que me toca presentación, el Palacio se llena, mi carrera está despegando de la mejor manera.
Mi teléfono suena, sé que es un mensaje por lo que no me detengo a revisar, estoy muy entretenida con Daniela.
-Ya vuelvo.- Se levanta y dirige al baño.
Aprovecho que se ha ido para revisar el porque sonaba el celular.
"Me gusta esa sonrisa que le dedicas a Daniela, antes era para mí.
Recibido 17:35.""¿Ves? Te ves tan bien con ella, te deseo lo mejor por eso y porque eres una grandiosa chica.
Recibido 17:45."Blanca... lamento que las cosas hayan pasado así, tiene carisma y su empatía hace precisamente que muchas la busquen.
"No pasará nada entre ella y yo, sólo somos amigas.
Enviado 18:40.""Seguro, creete el cuento.
Recibido 18:41."Vi a Daniela salir del baño, siempre demostrando esa firmeza de mujer, la mujer más hermosa que jamás haya conocido, si mis padres escucharan esto, muy probablemente estaría metida en un lío, a punto de que intentarían matarle.
-Disculpa pero tengo que retirarme, surgió algo inesperado.- Dice, recoge sus cosas y me da un beso en la mejilla.
Huele tan bien, sus labios se notan carnosos y suaves, esa sensación que provoca en mí. No sé si estoy enamorada pero esto es nuevo en mí y sin embargo siento que podría ser perjudicial para las dos.
La veo salir apresuradamente y afuera yace un auto esperándola.
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Tratando de hacerme feliz
RomanceA veces la vida te tiene preparada cosas distintas a lo que alguna vez imaginaste. Ese es mi caso, una chica sin oficio pero con muchas ganas de crecer profesionalmente. Lejos del alcance de las garras de mis opresores padres.