Grace Sky, una chica competitiva hasta calar los huesos que posee un promedio de excelencia académica. Chris Jones, un chico inteligente que forma parte del montón, Y a diferencia de Grace, no se involucra tanto en la escuela. Para ellos, ganar la f...
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A lo largo de una semana Sarah se había recuperado muy bien, además, cumplía con todas las indicaciones que el doctor le había dado, por lo que esto hacía que su recuperación fuera aún más benefactora.
Sin embargo, no se juntaron el viernes en casa de Grace, sino que lo hicieron el martes en casa de Chris para dejar descansar a Sarah que aún no podía hacer todas las actividades diarias que acostumbraba hacer antes del infarto miocardio.
Los señores Sky se enteraron de que Sarah había tenido un infarto y se encargaron de pagar todos los gastos del hospital, porque también le tenían aprecio aunque no convivieran mucho con ella.
Sin dudas Sarah era una persona dulce que sabía ganarse el corazón de todos, incluso de aquellas personas frías y calculadoras, al igual que Chris.
Grace no había estado muy de ánimos durante toda la semana, pero se esforzaba por mantenerse ocupada y pasando el mayor tiempo que podía durante las tardes junto a Sarah.
Chris por su parte había ido un par de veces más al hospital a visitar a Sarah mientras aún estaba internada, sin embargo no duraba mucho ya que tenía que entrenar más duro que nunca basquetbol, porque su gran partido de finales era la siguiente semana.
Chris Tenía que estar lo mejor preparado si es que quería conseguir una beca deportiva de las universidades que había solicitado matricularse.
El martes en la tarde los chicos se encontraban comiendo junto a Pauline nada más, ya que a los padres de Chris les había surgido una emergencia, por lo tanto no comieron en familia ese día.
Tanto la pequeña Pauline como Chris se habían sentido decepcionados de sus padres por qué no los acompañaron a comer incluso cuando tenían una invitada en casa, pero más tarde verían que valdría la pena.
Al terminar de comer, Chris le pidió espacio a su hermanita y esta aceptó a regañadientes ya que quería pasar un rato con su amiga Grace, pero entendía que tenían que seguir con su proyecto para la feria de ciencias porque era algo muy importante tanto para su hermano como para Grace.
– Entonces... –dijo Chris una vez que su hermana se fue–. ¿Con qué comenzamos?
– Podríamos comenzar haciendo el circuito eléctrico de la máquina que hará girar nuestro sistema solar –opinó Grace.
– Bien, en ese caso creo que lo mejor será ir a la cochera, ahí están todas las herramientas y materiales para hacer el circuito –aconsejó Chris.
Grace asintió y juntos se encaminaron a la cochera.
Una vez en la cochera Chris tomó unas cuantas tablas de madera y comenzó a tomar medidas para formar una caja de estas.
– Cinta métrica –pidió Chris.
Grace rápidamente la buscó con la mirada y cuando la encontró la tomó entre sus manos y se la dio al chico.
