No puedo creer que el día haya llegado, ese día con el que sueñas desde que ingresas a primer grado de escuela, estoy graduándome, por fin.... Graduándome, suena aún tan lejano aquello, ¡y es esta misma noche!
Pasé la semana en divagues, tratando de ocupar mi cabeza en cualquier cosa. Mis padres volvieron a viajar al ser escogidos como invitados de honor a la ceremonia por segunda ocasión, la primera fue en la graduación de Alex. Mi padre dará un discurso referente a cómo debemos enfrentarnos al mundo ahora que somos egresados de la preparatoria, aunque ninguno de ellos me dirige la palabra, ni mucho menos yo a ellos, por lo que el servicio volvió a "ignorarme" cómo se había predicho.
—¿Qué vestido usarás? —cuestionó mientras sazonaba algo en una inmensa olla y agitaba con un cucharón de madera.
—Lo pedí por internet, te morirás cuando lo veas —sonreí entusiasmada, pues escondidos en la cocina, el único lugar donde mi madre jamás vendrá, conversábamos sin parar—. Mario... Lo haré.
—¿Harás qué?
Me fijé de que no hubiera nadie alrededor y al único que vi fue al encargado del jardín regar las plantas con sumo cuidado del otro lado de la puerta de vidrio corrediza —Voy a denunciar a mis padres —dije usando un tono mucho más bajo pero claro—, no permitiré que sigan alimentándose bajo los escombros de otras familias.
Me miró tratando de analizar que tan serio era lo que decía, soltó la gran cuchara de la sorpresa salpicando un poco del caldo sobre su mano —¡Mierda, mierda, está caliente! —exclamó llevando su mano a su boca— Eso es maravilloso Carol, me alegra que seas lo suficientemente valiente para hacer esto, ¿cuándo lo harás?
—Mañana mismo, aprovecharé que están aquí —respondí con miedo.
—¿Y Alex? ¿Lo sabe?
—No, Kate tampoco y eso me pone mal... ¿Qué debo hacer? —pregunto cediendo el picado con algunas verduras dentro de un bol que estaba a mi alcance.
—Hablar, tengan una charla Manson, que no sea dentro de esta casa, sino lejos, vivimos en una zona verde... Vayan a caminar, relájense, con un lindo paisaje. Carol, no puedes destruir los cimientos de esta familia sin haber preparado a los pilares para la caída, vamos chica... ¿Qué es lo que te detiene a ti?
—Nada —respondo con tono obvio escondiendo la inseguridad en mí.
—Nada —repite el más seguro.
Caminamos buscando un buen lugar, aunque pude evitar que Alex invitara a Ash, no pude evitar que Kate trajera a Jay con ella, así que íbamos los Manson más un Williams hacia la peor, o tal vez mejor, charla de hermanos. De todos modos, Jay ha estado aquí desde el inicio, aunque no lo hablemos, él sabe perfectamente lo de mis padres así que su presencia no me inquieta, de hecho, me hace sentir más segura.
—¿Quién te dio la grandiosa idea de un picnic el día de tu graduación? Deberías estar arreglándote.
—Eh, ¿qué acaso nadie recuerda que yo también voy a graduarme?
—Sí, amor... Pero tú eres hombre —contestó Kate con una sonrisa—. Además, eres muy lindo, no necesitas tanto arreglo.
—Gracias por lo que me toca —mencioné irónica—. Ya les dije, debo hablar de un tema muy serio con ustedes, además Kate... por Dios, recién son las once, la ceremonia empieza a las siete de la noche, tengo tiempo de sobra.
—Ya te veo saliendo de casa siete treinta con un zapato en la mano, mientras que, con la otra, tratas inútilmente de poner un aro en tu oreja.
—Para eso te tengo a ti, además, no usaré aros.
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Infiltrada [EN EDICIÓN]
Подростковая литература¿Quién en su patética vida no ha jugado Verdad o Reto? ¿Quién en su miserable vida no se ha arrepentido de elegir reto? ¿Quién en su estúpida, asquerosa y cruel vida no le dieron en el clavo a la hora de dictar el reto? Pues a mi, Caroline Manson, s...