El tiempo

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Corrí entre los árboles del frondoso bosque, saltando ramas y sorteando los hoyos del relieve que amenazaban con tomar tu pie y tumbarte en el suelo cubierto por las hojas secas, aunque cuidaba cada paso que daba mantenía una velocidad alta, es importante conservar una velocidad alta si corres por tu vida. No puedes detenerte a mirar las flores emergiendo de sus capullos o las mariposas revoloteando cerca de ti.
Cuando corres por tu vida solo debes preocuparte de ser lo suficientemente rápido, pero si ya has sido alcanzado por aquella sombra oscura que te devora de un mordisco y tu vida ya ha acabado, quedando destinado a pasar toda la infinidad del tiempo en conjunto con la soledad, puedes dedicarte a observar y obsesionarse con muchas cosas, porque después de todo no hay nada ni nadie que te lo impida.

Puedes, por ejemplo, obsesionarte con la imagen que proyecta tu cuerpo siendo atravesado por un hacha una y otra vez, no existen los límites, por lo que puedes repetir esta imagen cuantas veces quieras, hasta que ya no soportes verla más o te resulte aburrida, porque cuando estás muerto el tiempo no existe.

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