Si alguien me hubiese dicho hace unos meses que estaría ahora en esta situación, me habría reído en su cara.
¿Pero como creería que acabaría desecha, y con el corazón tan destrozado que no alcanzaría a comprender, como es que seguía palpitando?
No sé en qué momento sucedió, perdí la cabeza ¿Y como no hacerlo? Si la causa había sido El.
Me hizo olvidar mi objetivo, a tal punto que ahora mis planes se desviaron a un rumbo totalmente distinto.
—¡¡Dios mío!!— espete golpeando el piso del baño con el pie, mientras miraba el aparato entre mis dedos temblorosos— He sido una tonta.— solloce, sintiendo los incontenibles latidos de mi corazón en mis oídos, parecía que en cualquier momento se saldría de mi pecho.
Mi respiración se hizo pesada y una sensación de ahogo inundo cada rincón de mi cuerpo. No podía parar de pensar.
Una fuerte puntada en mi sien me hizo apoyar mi cabeza en los azulejos de la pared sintiéndome realmente turbada ¿Cómo permití que pasara? Esto se salió de control, ahora... Ahora no era solo yo.
Cuatro meses atrás...
Parada frente a esa gran casa no pude evitar sentirme nerviosa. El papel que yacía en mis manos sufrió las consecuencias, cuando me percate de lo que hacía ya era tarde, lo había estrujado tanto que ahora apenas si se reconocía que diablos era.
—¡¡Cálmate!!—me ordene— Todo va a salir bien. Todo va a salir bien.
Lo repetí constantemente, mientras caminaba hacia la entrada.
Me deleite viendo la hermosa edificación de dos plantas que tenía en frente. Era de un estilo romano, bañada en color crema, rodeada de hermosos jardines que le deban un aspecto fresco. Al llegar a la entrada, solté el aire que había estado conteniendo y alcé mi mano hasta el timbre.
Escuche unos pasos acercándose a la puerta. Al cabo de unos segundos esta se abrió, dejándome ver a una señora mayor, un tanto delgaducha con un bonito peinado en su castaña cabellera y de tez morena.
—¿Si? ¿Que desea?—pregunto amablemente.
—Yo-o vine ¡Uh Uhmm! —carraspee, levantando lo que antes era una referencia de la agencia de limpieza— Me enviaron de la agencia de limpieza.—esboce una sonrisa intentando no mostrar mi creciente ansiedad.
La señora me observo con recelo, y yo me encogí, aguantando la respiración, ¿No tiene porque sospechar, o si?
¡Diablos! Seguro me delato la palidez de mi rostro, o la forma en la que sigo retorciendo mi franela.
—¡Ohh claro! —expreso dándose con la palma de su mano en la frente, al tiempo que yo volvía a llenar de aire mis pulmones— Lo había olvidado.—tomo el papel de mi mano, lo leyó y luego abrió más la puerta indicándome que pasara— Adelante señorita Brown.
Estando en la estancia, mis ojos barrieron toda la exquisita decoración del salón. Había diversos cuadros y esculturas que resaltaban las pálidas paredes, le daban un aire sofisticado sin llegar a ser presuntuoso. Del techo caían unas esplendidas arañas de cristal que sumergían la estancia en un ambiente cálido e íntimo. Todo se encontraba en perfecta armonía.
Admirando cada pieza de esta obra de arte, mis ojos se desviaron hacia la atrayente escalera. Camine hasta ella para observarla de cerca, mis dedos se curvaron anhelando tocar todos los pequeños detalles que la adornaban. Siluetas iban y venían como en una especie de danza que ascendían a través de los peldaños.
—La hizo el señor.— expreso la señora sacándome de mi ensoñación—Grandiosa ¿no cree?— Asentí un tanto descolocada ¿la había hecho él? ¡Wao! Sí que tenía talento.
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Oscuros Secretos (Borrador)
RomanceJusto cuando Leah creía haber superado su pasado, el destino la llevara a caer en la manos de ese hombre. Frio... Cruel... Calculador... Despiadado... Y... tan lastimado como ella. El terminará removiendo viejas heridas, al hacerla parte de un juego...