Salimos por la ventana cuidadosamente. Bajé primero para ayudar a la peliplata, pero esta saltó con gran agilidad y me miró alzando una ceja.
- ¿Qué?
- No...Nada...
Nos escondíamos detrás de las columnas que había a los lados del palacio. De repente, un carruaje llegó. Una vez se detuvo, vi a una joven con un vestido morado bajar e iba acompañada de otras dos mujeres: una llevaba unos grandes guantes y la otra, bueno...Sus piernas eran espadas. Hiart me golpeó el brazo haciendo que apartara la vista de esas tres. Me hizo un gesto con la cabeza, entonces, corriendo, conseguimos salir poco antes de que la puerta de la muralla cerrase.
No bajamos el ritmo hasta estar lo suficientemente alejados de allí. Al llegar a la ciudad, la calle estaba abarrotada de gente, alguna que otra persona llevaba ropa muy distinta, probablemente para indicar que era de clase alta. Las fachadas estaban decoradas con estandartes de Demacia y un grupo de músicos animaba el ambiente con sus divertidas melodías.
- ¿Y ahora es cuando se supone que te agradezco que me hayas salvado de mi cita o...Tengo que hacer algo en especial? - preguntó la peliplata.
- Mmm...Depende...- hice cómo si estuviera pensando - ¿Qué me puedes ofrecer?
- ¿Un "gracias"? - vaciló.
- Me impresionas, peliplata.
- Lo sé, ¡vamos! - dijo tirándome del brazo.
Me obligó a bailar junto a toda la gente que se encontraba allí. La música se aceleraba cada vez más y era bastante alegre. Seguimos recorriendo la cuidad sin parar, vimos un par de espectáculos de los artistas callejeros, alguna que otra pelea de espadas e incluso una obra de teatro, sin comentar que estuvimos la mitad del tiempo comiendo.
Decidimos descansar un momento. Yo me apoyé en un muro, mientras veía como los niños pequeños jugaban con Hiart y unas ancianas hablaban con ella. Solo pude reír al ver aquella imagen. Pero, los chicos se fueron corriendo, salvo una niña que agarró la mano de la peliplata para llevarla con ella. Las seguí con la vista y vi como esos mocosos saltaban felices al ver a una pareja de guerreros llegar. El hombre llevaba casco, lanza y un escudo. La mujer, portaba una brillante espada y vestía una gran armadura dorada.
Me transporté al lado de Hiart. Vimos como esos dos se marchaban, hasta que la mujer se detuvo y se acercó.
- Hola - sonrió mirando a la chica de ojos blancos - ¿Nos hemos visto alguna vez?
- N-No...Lo siento...
- No te disculpes, te confundí con otra persona. Vaya...- dijo al darse cuenta de que estaba ahí - Rumores sobre ti han llegado hasta el Monte Targon, Maestro de las Sombras - agachó la cabeza en señal de respeto.
- ¿Quién eres tú? - pregunté extrañado.
- Leona, un gusto conocerte. Debo dar por asegurado que también os han convocado.
- Bueno...Llegamos aquí junto a Miss Fortune.
- Más a mi favor - rió sutilmente - Nos vemos pues - dijo al despedirse.
Una vez se hizo de noche, subimos al tejado del palacio desde el cual se podían ver todas las luces que alumbraban la cuidad. Yo estaba tumbado y Hiart miraba las estrellas ilusionada.
- Zed...- susurró la peliplata - ¿Qué crees que será lo que nos dijo Leona?
- Bueno...- me incorporé sentándome a su lado - El viejo me dijo que estábamos a espera de una reunión o algo así, no te preocupes.
- Ya veo...
El silencio invadió el momento en un suspiro. Miré a la chica. El viento movía su pelo suavemente y sus ojos brillaban debido al reflejo de la luna. Tras darse cuenta de que la observaba, puso sus ojos sobre mi y sonrió dulcemente.
- Oye...- pronunciamos al mismo tiempo.
- Hiart...
Antes de que pudiera decir algo más, una gran destello iluminó la noche, luces de distintos colores lo acompañaron y entonces vimos como el viejo saltaba de alegría mientras gritaba. De repente, la peliplata apoyó su cabeza en mi hombro.
- Zed...Te...- cerró los ojos quedando profundamente dormida.
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Breathe (3º Temporada 'Y De Repente Tu) - League of Legends Fanfic
FanfictionMeses más tarde tras la muerte de Ahri y el fin de la guerra, un nuevo problema surge, el cual tendrá que ser enfrentado por el Maestro de las Sombras.