Capitulo 13 parte 4.

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-No estuvo tan buena- dijo Daniel mientras subíamos al auto de regreso del cine
-Estuvo increíble- dijo Nori
-Yo también quiero un unicornio, creen que pueda conseguir uno?- preguntó Leia esperanzada
-No pusiste atención a la película ¿o que?- dijo mi hermana
-¡Nora!- dije en forma de reproche
-¿Que? En la película dice que solo las princesas con vestidos brillantes pueden tener uno, y Leia no es una princesa-
-Pero tengo dinero, lo que es casi igual-
-Leia, nunca debes de presumir del dinero, un día puedes tenerlo y al siguiente ya no, y ya te lo he dicho, tú no tienes dinero, mis papás tienen- dijo Daniel serio
-Tu también tienes, ¿porque yo no?- preguntó la niña irritada
-Porque yo trabajo, ganó mi dinero, cuando crezcas podrás hacerlo- explicó Daniel
-O puedes casarte con alguien rico, así como Sara con tu hermano-
-¡Nora ya basta!- dije firme, que vergüenza, mire de reojo a Daniel y estaba algo rojo y serio, no dijo ninguna otra palabra, llegamos a casa, el aire se sentía tenso
-Gracias por llevarnos- dijeron las niñas al mismo tiempo, Daniel solo asintió con la cabeza y entro a la casa sin decir nada
-Sara ¿Daniel se molestó conmigo?- preguntó mi hermana preocupada
-No, como crees, o bueno, no lo sé, a mi tampoco me ha hablado, tienes que disculparte Nora, sabes lo molesto que es cuando hablas sin pensar, estuvo mal- le dije comprensiva
-Lo se, mami me lo ha dicho, lo siento- dijo mi hermana mientras sus ojos se aguaban
-Disculpa aceptada, pero no solo me debías disculpa a mi- le recordé
-Cuando salga me disculparé con el-
-Sara, ¿podrías venir un momento?- me preguntó mi madre
-Voy-
-Por fin llegas, tenemos que escoger el tono de los manteles-
-¿Cuales manteles?- pregunte confundida
-Hola, tierra llamando a Sara, ¿a que crees que viniste? ¿de vacaciones?- preguntó mi padre irónico. Mierda. La boda.
-Papi, ¿no crees que deberíamos atrasar la boda?
-¿Para que? Es en dos meses- me informó
-Es que preferimos hacerla en verano- mentí
-Pero si acaba de pasar el verano querida- me dijo la señora Evans
-Por eso, nos gustó tanto que queremos hacer la boda en verano-
-Y ¿exactamente qué les gusto?- preguntó mi padre enarcando una ceja
-El clima
-¿El clima?- me preguntaron los tres al mismo tiempo
-Si- dije tratando de soñar lo más convincente posible
-Tendremos que hablarlo todos juntos para llegar a un acuerdo- dijo mi madre
-Si está bien, ahora tengo que ir porque Daniel ocupa algo- dije y salí lo más rápido que pude de ahí, entre a mi casa y subí los escalones hasta llegar a nuestra habitación, Daniel estaba terminando de ponerse unos zapatos negros, se paró de la cama y agarro dos corbatas, se las puso enfrente del espejo para ver cuál quedaba mejor
-Me gusta la azul- le dije recargada en el marco de la puerta, no me contesto pero dejó la gris en su lugar y se dispuso a ponerse la que yo le había dicho, era un completo desastre, camine hacia el y le quite las manos de la corbata
-Yo lo hago- le dije y comencé a ponérsela, estaba raro, no hacía contacto visual conmigo
-Gracias- dijo en voz baja y se alejó, pero antes de que saliera del cuarto tome su mano
-Mírame- le pedí, el rodó los ojos pero lo hizo
-¿Que pasó?-
-¿Porque me estás evitando?- pregunte en voz triste
-No lo hago-
-¿Puedo ir contigo?-
-No-
-¿Porque no?- pregunte
-Es una junta importante, además me voy a tardar y tienes que hacer la cena para tus amigos- rayos, había olvidado por completo que Peter y Liv vendrían a cenar
-Está bien, ¿como a qué hora llegaras?- le pregunte en voz baja
-No lo sé, después te veo- dijo y salió por la puerta sin decir nada más

La promesa que cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora