Primero que todo, es la primera historia que me atrevo a subir, así que ¡espero que os guste!
Por otra parte, os presento a Colin Ford (Ross) y a Connor Ball (Noah), por si no les conocíais, están en la imagen de arriba, serán los protagonistas de esta historia corta (¡solo tendrá una parte!).
Y en el video os dejo a Charlie Puth con su Attention, que me parece que mola mucho y viene al cuento con la historia. <3
Hasta que llegó aquel mensaje, Ross había estado pasando las vacaciones de su vida, viajando y disfrutando con sus amigos y pareja. Solo ver ese nombre en la pantalla del móvil ya le molestaba. La única razón que tenía para encontrarse con él era que no podía resistirse a una llamada de auxilio.
En cuanto atravesó la puerta del bar sonó el agudo tintineo de la campana de bienvenida atravesándole el oído como afiladas agujas, Ross dirigió su mejor mueca de desagrado al origen del sonido y la mantuvo mientras caminaba por el establecimiento. Tan solo quería acabar con esa situación, no le apetecía estar allí y definitivamente no le gustaba tener que haber mentido a su novio para encontrarse aquí con un antiguo amorío de instituto.
Intentaba esconder su nerviosismo, aunque no creo que engañase a nadie así. Movía la mano compulsivamente dando golpecitos sobre el bolsillo de su camisa mientras ojeaba el lugar en busca de la persona con la que había quedado. Era un bar retro, ambientado en los años ochenta, tenía unos sillones de color granate oscuro fijos al suelo con una mesa rectangular entre los asientos también fijada. Los amplios ventanales hacían sospechar a Ross que sería fácil para algún conocido reconocerlo desde afuera, pero por esa zona de la ciudad no solo casi no transitaba gente, sino que él mismo se había encargado de alejar a su novio de ese barrio enviándo a hacer un recado a la otra punta de la ciudad.
El bar también estaba vacío a excepción de por un chico de pelo moreno despeinado con ojos claros que estaba sentado al fondo y la joven camarera que le estaba sirviendo dos batidos.
Ross tomó aire antes de dirigirse a la mesa, a pesar de la distancia podía ver que estaban flirteando. Lo siguiente que hizo fue acercarse sigilosamente a ellos para después caer todo lo ruidosamente posible sobre el asiento que estaba en frente del otro chico, al fin algo que lo animaba. Consiguió no solo que ambos lo miraran en el acto sorprendidos por el ruido, sino incluso que la camarera soltara un leve jadeo de sorpresa. Aún con todo eso la expresión de Ross permaneció inalterada y fría como una escultura de piedra.
—No has cambiado, Noah. Oh, incluso sigues llevando ese colgante... —dijo sin ninguna gana.
—¡Hey Ross, al fin has llegado! ¿No vas a saludar? Ya pensaba que no vendrías, no puedes tenerme todo el día esperando aquí como si nada... —hablaba de forma enérgica y despreocupada.
Hubo un momento de silencio hasta que la camarera, que seguía allí de pie con su tonta sonrisa recién recuperada del sobresalto, se dio cuenta de que la desafiante mirada de Ross la invitaba a dejarlos solos. Lo pilló bastante rápido.
—Solo han sido diez minutos —dijo Ross volviendo a fijar la atención sobre él—, ¡venga escúpelo! ¿qué quieres?
Puede que no lo pareciera, pero a Ross le costaba bastante mantener aquel tono tan seco cuando hablaba de frente con alguien. Puso las manos sobre la mesa, prefería tener las manos ocupadas, así que apartó el batido de en medio y luego siguió dando golpecitos insonoros sobre la mesa.
—¿Por qué tanta hostilidad? Además, me interesa saber qué tal te va, llevo mucho tiempo sin verte, venga cuéntame qué es de tu vida —concluyó con una sonrisa, poniendo sus manos sobre las de Ross y haciendo que este las retirara rapidamente y consiguiendo por un segundo romper su petrea expresión. Al ver que Ross se quedó mudo y su mejor respuesta fue poner los ojos en blanco por lo que acababa de pasar decidió continuar—. Por ejemplo, yo he dejado el trabajo y estoy bastante emocionado, creo que es hora de cambiar de aires y, ya sabes, empezar una nueva aven-
—Dijiste que necesitabas ayuda —inquirió impaciente.
—En serio, hacía mucho que no te veía y solo... —eso no era todo y no hay quién se lo tragase. Este tipo de respuesta solo enfadaban más a Ross.
—Pensé que lo habíamos dejado claro cuando nos despedimos, no quiero volver a verte.
—Sin embargo, has venido —señaló casi murmurando.
—Solo porque dijiste que me necesitabas, si no es así... —dejó en el aire la obvia continuación a esa frase y se levantó, dispuesto a marcharse.
Se conocían desde el instituto y desde el primer día Ross había quedado cautivo de sus encantos. Noah era de esas personas que atraen a todas las demás como astros a su órbita. Algunas pueden ser malas y aprovecharse de esta atracción, otras, como Noah, simplemente no se dan cuenta del daño que pueden hacer. Puede que Noah simplemente no estuviera seguro de qué quería de Ross; eran amigos, pero a veces lo trataba como su pareja, otras como un conocido y otras como si no existiera. Y ahora no creo que entendiera ni el por qué las cosas no podían ser como antes. Qué imbécil.
No obstante, con el paso del tiempo se hizo patente para Ross que solo estaban jugando con él y antes de cambiar de ciudad, hace un año, decidió cortar toda relación con Noah. "Después de todo, a veces ya lo trataba como si no se conocieran" pensaba por entonces Ross.
Noah no podía creerlo, se quedó paralizado, sus ojos abiertos como platos, en serio tenía buenas intenciones solo quería recuperar su confianza, volver a como era antes. Y bueno, la verdad es que también tenía ciertos problemas que necesitaba hablar con alguien y la única persona con la que realmente podía confiar era él, el que le prometió que siempre estaría ahí para ayudarlo. No se daba cuenta de que no puedes hacer de alguien tu esclavo por mucho que te lo hubiese prometido hace años, cuando todo era distinto.
—P-pero... —alcanzó a pronunciar Noah antes de que Ross cruzara la puerta. Nadie lo escuchó. Tampoco habría importado. Lo necesitaba, pero nunca se lo diría a la cara. Y al darse cuenta de ello, un tenue rojo carmesí asomó por sus pupilas mientras se endurecía su rostro, era la furia despertando, no por Ross, sino por sí mismo.
Pensaban de sí mismos que eran lo suficientemente fuertes e independientes como para superar cualquier adversidad por sí mismos. Sin ayuda. Aunque durante el tiempo que habían estado separados esta idea se había ablandado en Ross, no lo había hecho en Noah. No se daban cuenta de lo orgullosos que se veían desde fuera.
En cuanto las campanillas cesaron su tintineo solo quedó un sepulcral silencio e ira, ira en los ojos de Noah mientras observaba como Ross se alejaba por aquellas inhóspitas calles. Verlo irse así fue el detonante que hizo explotar el escarlata sobre sus iris, como llamas renaciendo entre las ascuas y, finalmente, el colgante que llevaba, el que sostenía un símbolo que restringía sus poderes terminó por resquebrajarse. El símbolo se trataba de una estrella exterior de doce puntas, entrelazada con otra interior, un poderoso artefacto cuyo poder había sido sobrepasado por aquel chico. Ya no había vuelta atrás, haría lo que fuera por recuperar a Ross.
La camarera lo miraba apenada, había estado escuchando toda la conversación. Justo antes de acercarse a consolarlo desvió la mirada para comprobar rápidamente su aspecto en el reflejo de la pantalla de su móvil y cuando la levantó, él ya no estaba. Un instante estaba ahí y al siguiente no quedaba nadie, solo unos dólares sobre la mesa y un batido.
Saludos y muchas gracias a los que os habéis tomado la molestia de leer hasta aquí.
Tengo pensada alguna que otra historia que se desarrollaría dentro de este universo (y que involucra a estos personajes, entre otros), pero están en proceso y no me gusta subir cosas si no sé seguro que las voy a terminar así que tardarán. :'P
Besis. =(^3^)= <3
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Escarlata Creciente
Short StoryEl simple hecho de ver el nombre de aquella persona iluminándose en la pantalla de su móvil ya lo molestaba. Hasta ese momento había estado pasando los mejores días de su vida. Sin embargo le estaba pidiendo ayuda y si hay algo que no se le puede re...