Familia de los Países del Mundo - Hetalia

Primeros Recuerdos

EIRIKUR STIELSSON FILSFEIGER:

El primer recuerdo que tenía era estar sentado en los columpios en su preescolar, no sabía balancearse todavía pero estar sentado sintiéndose alto era lo mejor del mundo para su pequeño cerebro de apenas cuatro años de edad.

Toda la felicidad que en ese momento tenía se vio interrumpida por dos jóvenes muchachas de la escuela secundaria que tenía el instituto al que el pequeño niño asistía. Había dos columpios y él estaba sentado en uno de ellos, las jovencitas no fueron capaces de pedirle al menor que se bajara para columpiarse ellas o de esperar a que el ya no quisiera usarlo, haciendo uso de su fuerza mayor lo tiraron al suelo del arenero donde se encontraban los juegos. Eiri no lloro, porque ellas se reían de él y no quería darles más motivos para burlarse, ellas se siguieron balanceando y charlando como si no hubieran hecho nada y el pequeño no estuviera allí. 

FELIKS LUCAZIEWICZ AMBERTON:

Números. 

Eso era lo primero que un pequeño niño recordaba en de su infancia, bellos números que tanto le gustaban. Cuando se acoraba de cuál era su primer recuerdo siempre sonreía, porque los números eran para él algo único, increíble y lógico, los amaba demasiado. ¿Por qué recordaba los números? Para él era fácil explicar esa parte.

Se encontraba sentado en el suelo del estudio de su padre, éste dejo caer sin querer una de sus hojas de cuentas de la empresa de la que era dueño, él no tenía muchos recuerdos de su padre, porque este siempre estaba trabajando, pero se acordaba perfectamente de él en ese día. Fel miro la hoja tirada en el suelo y con un cuidado impropio de un niño de tres años tomo el papel con sus pequeñas y regordetas manitas para devolvérselo a su padre, cuando miro lo que estaba en la hoja le pregunto a su padre que era eso con formas divertidas, su padre le dijo que no lo iba a entender pero aun así le explico lo que eran y para que funcionaban. Feliks entendió a partir de entonces que las matemáticas eran algo sumamente importante en la vida y que él quería dedicarse a ellas.

ANTONIO FERNANDEZ CARRIEDO:

Le habían regalado un perro de raza cocker spaniel color negro a Toño para su cumpleaños número cuatro, y ese era el primer recuerdo que tenía, amaba a ese perro al que había llamado Guardián, con toda su alma. Recordaba perfectamente haber visto la caja con pequeños agujeros envuelta junto a otros regalos que la verdad ya no recordaba que eran, sus padres no se dieron cuenta que el estaba viendo la caja cuando esta se había movido, por ello cuando fue la hora de abrir los obsequios el de inmediato pidió esa caja, ansiaba saber que era lo que se movía dentro de ella, y cuando lo descubrió se sintió como el niño más afortunado del mundo. También era capaz de recordar la textura de la lengua de su amada mascota cuando este lo cargo y el cachorro se lanzo a lamer de inmediato su cara, Toño se empezó a reír de dicha acción aunque su madre no estaba contenta por ello.

LOVINO VARGAS CORNOR:

A Lovi siempre le habían gustado las cosas sádicas ¿Por qué mentir sobre su primer recuerdo?... Sangre.

No de una persona real pero recordaba perfectamente las escenas más sangrientas de una película con clasificación R18 que sus padres idiotamente lo habían llevado a ver al cine, muchos se habían quejado con ellos y los habían tachado de padres irresponsables por llevar a un niño de cinco años a ver una película como esa. "No la recordara" fue la pobre excusa que sus padres le daban a la gente. Pero si la recordaba, demasiado bien de hecho, tanto como para hacerlo ver el mundo de una manera perturbadora. Pero ellos no lo supieron, su hijo parecía tranquilo a simple vista, no se asustaba con las muertes en la pantalla o por los sonidos de los altavoces, no se dieron cuenta que estaban creando un trauma psicológico en su único hijo.