Feelings.
Unas semanas habían pasado desde que me empecé a sentir extraña al rededor de Kara, necesitaba hablar con alguien, ya que ese sentimiento me estaba enloqueciendo.
Estábamos en medio de uno de los ensayos de la obra. Ya casi todo estaba listo, solo faltaban los últimos detalles para iniciar las unciones la siguiente semana. -¿Meg?- Me acerqué a ella.
Meg volteo a verme. -¿Qué pasa?- Me preguntó algo preocupada al ver mi expresión de angustia.
Tomé aire para llenarme de valor, por alguna razón sentía que esta conversación iba a ser importante, aunque le pedía a los dioses que no fuera nada. -¿Podemos hablar? Necesito ayuda con algo.- Solté apenada mientras acomodaba mi cabello tras mi oreja.
Eso la tomó algo por sorpresa, pero rápidamente se recuperó.-Claro, ummm...- Pensó un momento. -¿Qué tal si vamos a cenar después de esto y hablamos tranquilamente?- Sugirió con una sonrisa que me hizo sentir más tranquila.
Le sonreí de vuelta. -Claro.- Contesté aliviada.
Después de unas horas y rechazar la invitación de Kara de ir con las chicas, por fin nos encontrábamos en la cafetería, aun que no sabía como iniciarla conversación, todo sería más fácil si tuviera a Julie o Majo aquí, con ellas es fácil hablar. En realidad había considerado hablarlo con ellas, peor una parte de mi me decía que era algo que se debía hablar de frente. -¿Entonces chica?- La voz de Meg me sacó de mis pensamientos. Me miraba con una expresión seria, aunque no podía tomarme en serio la situación con todo lo que pasaba a nuestro alrededor.
Aparté la vista de Meg y la fije en mis manos donde jugaba con mis dedos tratando de calmarme. -Bueno... Ummm- Estaba tratando de empezar mientras Meg me daba una mirada de comprensión, como si pudiera esperar por siempre a que estuviera lista, eso me dio más confianza. -Me he estado sintiendo rara al rededor de una chica...- Solté rápidamente después de una profunda respiración. Meg asintió para que siguiera. -Y en realidad... Yo no sé... Es muy extraño.
Meg me miraba tranquila como si estuviera analizándome. -Pero ¿Qué sientes?- Preguntó tranquilamente. Me sorprendió un poco lo fácil que era hablar con ella, empezaba a sentirse muy natural.
Lo pensé un poco y me di cuenta de que no sabía ponerlo en palabras. -Pues... Me siento algo ansiosa cuando esta cerca, pero a la vez se siente bien... Como cálido...- Traté de explicar y ella asintió con una leve sonrisa. -Y cuando la veo con otras chicas me siento como... Enferma... Y yo realmente no sé que significa y me estoy volviendo loca.- Declaré y hundí mi rostro en mis manos para cubrir mi rubor, era muy vergonzoso decirlo en voz alta, pero a la vez era... ¿Liberador?
No escuché a Meg hablar así que voltee a verla, para entonces ella tenía una enorme sonrisa en su rostro como la del gato de "Alicia en el país de las maravillas", daba algo de miedo en realidad. -¡Oh dios, Jade!- Exclamó con emoción.
Si grito me tomó por sorpresa y nos ganamos la atención de otras. -¿Qué ocurre?- Pregunté confundida tratando de ignorar las miradas curiosas.
Ella negó como si no pudiese creer lo que decía. -Estas enamorada.- Contestó en voz baja por suerte.
Casi reí por su conclusión. -¿Enamorada?- Negué. -No, Meg creo que estas confundida. Yo no soy gay.- No pude evitar reír.
Ella volvió a negar. -Creo que la que esta confundida eres tu.- Me apuntó con su dedo. –Quiero decir, que te guste una chica no necesariamente quiere decir que seas lesbiana, puede que seas bisexual, aunque quien sabe... ¿Alguna vez te has sentido así por un chico?- Me preguntó con autentica curiosidad.
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Rebelde tentación. (Editando)
Teen FictionJade era una chica común, estudiosa y bien portada, pero todo su mundo es puesto de cabeza al ser transferida al Internado para chicas Hill HightSchool, donde se ve obligada a compartir habitación con Kara, la chica más problemática de ahí.