Garrison Proud

Examen de admisión.

Katie estaba frente a la academia Garrison, rodeada de otros aspirantes, sus manos temblaban y según su reflejo en las reflejantes puertas de la prestigiosa escuela parecía más pálida de lo acostumbrado. Había pasado una semana ya del examen escrito y se sentía bastante confiada al respecto, pero el examen práctico realizado en las instalaciones prácticas de la academia Garrison era otra cosa muy diferente.

Su padre le había hablado de aquel examen días antes para que pudiera prepararse, tendría a los principales maestros de la academia juzgando su desempeño y finalmente compararían ambas evaluaciones y decidirían si un alumno era aceptado o no. Obviamente el primer paso ya lo había dado, había muchos estudiantes que no lograban pasar el examen escrito y no eran llamados para el examen práctico, pero su padre le había mencionado que incluso de tener un examen perfecto escrito, era muy posible que fuera rechazada si su desempeño en el examen práctico llegaba a ser patético.

– Hola – la saludó una voz tan salida de la nada, que no pudo evitar girarse a ver a quien pertenecía, un chico alto y moreno estaba parado detrás de ella y la miraba con una coqueta sonrisa – Parece que es cierto que Garrison está lleno de chicas lindas. Deberían de dejarnos el pase libre ya ¿Qué clase de torpe reprobaría un examen de deportes? –

Katie lo miró con molestia, pero el chico ya se había alejado a saludar a otras chicas que estaban un poco más lejos y parecían que habían acabado de llegar, soltó un fuerte bufido y deseó no tener que volverse a encontrar con tan desagradable sujeto, en ese momento las puertas se abrieron.

Aunque ya había estado anteriormente en el edificio de la academia, nunca había estado en las salas de práctica, había simuladores y campos de obstáculos, todo parecía estar al último punto de la tecnología.

Primero fueron conducidos por una mujer de aspecto severo a una habitación de preparación, donde se les dio uniformes con su número de aspirante marcado en él. Después fueron conducidos a una habitación enorme que tenía a su vez un par de habitaciones adjuntas que servían como baños y vestidores a la vez, uno para hombres y otro para mujeres y se les dieron instrucciones. Pasarían uno por uno, un hombre y una mujer de acuerdo a su número de aspirante, y se les pedirían hacer una serie de actividades de acuerdo a los resultados de su examen escrito y las habilidades necesarias para el puesto al que se estaba aspirando, siendo los exámenes diferentes para pilotos, mecánicos y técnicos de comunicaciones, dicho esto la mujer se retiró y apenas pasados 10 minutos y con la mitad de los aspirantes ya vestidos, una bocina empezó a llamarlos uno a uno.

Los chicos salían de la habitación, pero ninguno regresaba, lo que hizo deducir a la joven que debía de haber una segunda puerta por la que los candidatos debían salir después de realizar su examinación. Calculó por la frecuencia que los nombres eran anunciados que el promedio de duración del examen era de unos 10 minutos, muy poco tiempo a su sentir para mostrar algo realmente impresionante a los examinadores que pudiera demostrar el potencial de los postulantes.

Finalmente quedaba apenas un puñado de personas cuando el nombre Katie Holt salió de la bocina que se encontraba sobre sus cabezas. Las manos de Katie todavía temblaban un poco y cuando abrió la puerta un escalofrío la recorrió, estaba muy nerviosa.

Al entrar a la habitación se sintió algo mareada, por lo que tardó un minuto en enfocar lo que se encontraba a su alrededor, estaba en medio de un gran gimnasio con una pista de obstáculos y un simulador en que parecía que alguien recientemente había abierto y semi desmantelado, en la parte superior había un balcón desde donde se podía admirar todo lo que había en el gimnasio y dentro de este había siete personas que la chica bien sabía, eran los principales maestros de la academia Galaxy Garrison.