Pesadillas

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Tac, tac, tac. El golpeteo del reloj marcaba ya una muy avanzada hora. Se removí­a en la cama, tac, tac, tac, de nuevo; y así­ hasta no poder alcanzar el sueño en casi toda la noche. Un suspiro al aire, y vuelve a cambiar la posición. La observa dormida, algo en sus ojos se conmueve, y sus labios marcan una sonrisa.

El no dormir la estaba matando, pero con el sueño profundo de la mujer de enfrente todo estaba cada vez mejor. Acerca su rostro en la noche hacia su frente, y deja un suave beso. Se queda así durante unos minutos más, esperanzada, en que pueda pasarse toda una vida observando su sueño.

Tac, tac, tac, otra vez el golpeteo. Ya desistiendo de todo, se levanta de la cama para tomar algo de agua. Con el todo el cuidado que puede se levanta sobre el colchón y va a la cocina. Cuando el sonido de la voz desde la cama la llama:

-Jaz, es la quinta vez que te levantas a por agua- esta gira sobre sus talones, y la observa como sonríe desde la cama aún con los ojos cerrados.

-¿Es que las cuentas?- dice riendo.

-Cuento cada giro que das en la cama durante toda la noche- ni un tic por su parte, se nota que está relajada.

-¿Te despierto verdad?- Jaz se culpa interiormente, y suspira.

Desde la cama se escucha una pequeña risa somnolienta, y estira su mano hacia ella. Haciendo que vaya hacia la cama y se siente al lado de Flor.

-Cuenta, ¿qué pasa?- su mirada es tierna, la observa aún tumbada y Jazmín le sonrí­e con tristeza.

-Perdón, es que últimamente no descanso bien, solo tengo pesadillas Flopi- levanta la vista y se encuentra directamente con sus ojos, llenos de la calma que necesita en ese instante. Flor se acerca y pega su frente a la de Jazmín.

-Está bien, todo está bien Jaz- la mujer sonrí­e ante las palabras tranquilizadoras de Flor.

-Ahora eres tú la que me tranquiliza, y eso que siempre suelo ser yo- y se le escapa una risita frente a sus labios.

-No te acostumbres, sabes que soy un desastre y siempre acabo armando apocalipsis por donde paso- besa su nariz, y Jaz rí­e de nuevo.

- No eres un desastre, y siempre que me dejes voy a estar ahí­.

Flor vuelve a caer ante las palabras de Jazmí­n, siempre con buenas palabras, siempre con todo el amor que esta le da para que sea feliz. No sabe como pero su risa crea magnetismo para la morena, y acerca sus labios a los de la chica, buscando el calor que las dos necesitan, que en ese momento ayuda a Flor para poder confi­ar más en ella y a Jazmí­n poder, después de todo, dormir a su lado y relajarse.

-Deberíamos tener más conversaciones así­- dice Jazmí­n mirando sus labios, mientras Flor rodea sus brazos alrededor del cuello de la mujer.

-Sí, ¡pero a una hora normal por favor!- y a ambas se le escapa un carcajada.

-No sé si te lo habí­a dicho, pero te quiero- dice la pelirroja dejando otro beso en sus labios.

-¿Cómo? Creo que no te escuché- y otro beso.

Jaz la mira negando sonriente, y sin creerse que está teniendo esta conversación con Flor a estas horas de la madrugada. Se acerca lentamente y susurra.

-Te quiero- dice a milí­metros de sus labios- ¿Ahora?

-Creo que mi oído va mejor, pero no sé...- Jazmí­n se lanza a ella y riendo las dos acaban tumbadas en la cama.

Flor la observa por última vez y se recuesta en el pecho de Jazmín, juega con su mano, mientras intenta volver a dormir. Jaz la abraza, y cierra los ojos mientras le besa la frente.

-Yo también te quiero Jaz.

En aquella total oscuridad se puede atisbar la sonrisa de Jazmí­n antes de que la respiración acompasada de Flor acabe por hacer efecto, atrapando a ambas en el sueño.


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Muchas gracias por leer, espero que haya gustado esta locura mía, es una escena muy cortita que quería compartir, después de todos los desencuentros en la novela. Perdón si algunas cosas no están exactamente igual en términos de vocabulario, soy de España y algunas veces me pierdo en eso. Muchos besos, y ¡mucho amor Flozmin!


Insomnio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora