— ¡ESTOY ENAMORADA DE TI! ¿¡CONTENTO!? Eso es lo que pasa. ¿Bien? —Y lo que temía que sucediera pasó. Planeaba decírselo, juro que lo hacía. Pero no ahora, no aquí, no así. No rodeada de gente que nos veía con extrañez por hablarnos a gritos en medio de un centro comercial, con ternura por tal confesión, con lástima al ver que él no respondía.
No respondía. Entonces lo supe, supe que todo fue un maldito error, que habérselo dicho ahora era una completa estupidez, que haber aceptado salir con él era aún una mayor estupidez, que todo se iba ir a la mierda por esto. Todo.—Summer yo... —Él estaba frente a mi anonadado por tal confesión, contenía la respiración, pude notarlo. Tiraba de su cabello marrón lacio, lo cual era señal de su nerviosismo, no me miraba a los ojos, lo que también significaba que estaba incómodo, no por nada era su mejor amiga.
Sí, ¿patético no? La típica historia donde la chica estúpida se enamora del mejor amigo guapo, comprensible y divertido. Pero lo que hacía diferente de las historias típicas a la nuestra, es que él no me correspondía, no como yo soñaba que lo hiciera.
—No Dylan, ya no. No tiene caso —Mi voz salió como un susurro estrangulado. Estaba dispuesta a salir corriendo cuando su mano tomó mi muñeca. Me acercó a él de un tirón, y como siempre encajé justo debajo de su mandíbula. No podía soportarlo, no más. El nudo en mi garganta se hacía más y más grande conforme sus fuertes brazos me apretaban así. Pero yo podía identificar ese abrazo, no era de felicidad, no por haberle contado eso, era de consuelo, de pena hacía mí por no corresponderme.
Eso me causó un dolor en el pecho y a la vez me enfureció. ¿Cómo se atrevía a sentir pena por mí? Traté de zafarme de sus brazos, me retorcía bajo esos brazos que una vez sentí que me pertenecían y protegían, ahora, eran mi más grande dolor.
—O'Brien no, suéltame. Dylan por favor suéltame. —Me apretó más contra él y besó mi cabeza, esa fue la gota que derramó el vaso. Mis lágrimas cayeron por mis mejillas sonrojadas hasta mi camiseta, mojando también la de él.
—No Summer, por favor no. No llores, sabes que odio cuando lo haces. —Me separó de su pecho y detuvo mi rostro entre sus manos, a comparación con éstas mi rostro parecía una pequeña pelota de goma. Con sus pulgares limpió mis lágrimas pero éstas seguían cayendo. —Cielo, por favor no lo hagas ¿Sí? Para. —Cerró sus ojos marrones y pegó su frente con la mía. ¿Por qué? ¿Por qué hacía eso cuando sabía mis sentimientos por él, y sabía que no sentía nada por mí? Me separé de él de un saltó que casi hizo que cayera. Limpié mis lágrimas y lo mire con el ceño ligeramente fruncido.
—No. No me llames así, no me toques así, no más. Ya no. —Abrió la boca para hablar pero lo callé con la mirada. —No Dyl, no puedo soportarlo, no quiero que lo hagas más. No si los dos sabemos la verdad. Tú sabías que no me enamoraba, que no quería a un hombre en mi vida, que... Que no lo haría jamás. Pero sin importarme mis miedos, te elegí a ti.
Te elegí... Porque eres la persona que me hace feliz, eres la persona que tengo en mente siempre. Y me arriesgué a decirle lo que sentía y no me importaba nada. Eres tú él que me deja pensando cosas durante todo el día, ya sea una simple estupidez nuestra o solo por qué no me mirabas de otra manera. Siempre me pregunto qué estás haciendo, en donde estarás. Eres tú la persona por la que me muero de celos si te miran o te dicen cosas. La persona que seguiría a pesar de todo, eres tú. No me importa nada, no te cambiaría por nada ni por nadie. Pero, volví a ser una estúpida otra vez ¿cierto? Volví a elegir al chico equivocado, al que no siente todo eso por mí, lo volví a hacer de nuevo. Y lo jodí todo esta vez, completamente todo. No quería arruinar nuestra amistad de años por esta maldita estupidez, juro que no quería y lo siento, de verdad lo siento mucho. —Me acerqué a él, para despedirme como siempre lo hacíamos, pudo haberme rechazado en medio de un centro comercial, pero seguía siendo mi mejor amigo. Me acerqué a su mejilla y le di un pequeño y casto beso, él hizo lo mismo pero se demoró más, mucho más en mi mejilla. Me abrazó de nuevo a él y enterró su cabeza en mi cabello desordenado castaño. No correspondí a su abrazo y cuando no lo hice, comencé a sentir mi cuello y cabello húmedo, leves sollozos salían de sus labios. Oh no, no, por favor no lo hagas. Lo tomé por el cuello y lo abracé fuerte contra mí. Él habló cortado y despacio.
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Thousand Years
ChickLit¿Qué pasa cuando una amistad se ve interrumpida por un arrebato de desesperación? Sobrevivirá apesar de todos y... ¿Por más de mil años?