Un Día Revelador.

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Capítulo 1.

Estados Unidos - Tall Oaks.
29 de Junio de 2013.

[ Universidad Ivy].

Esperaba que el día de hoy fuese perfecto; después de una sesión de entrenamiento, me duche. Lo que usaría hoy sería un vestido Azul Marino, con escote de corazón y largo; en conjunto con unos tacones plateados y el cabello recogido.

Todo tenía que estar en orden, debido a que el Presidente Benford asistirá hoy a la Universidad, en celebración al cierre de ciclo y a una conferencia programada muy importante. Yo era encargada del comité de Bienvenida para el señor Presidente y sus Delegados, así que sabía que la Directiva no aceptarían ni un solo error por mi parte.

Pase al área de recepción, sólo para hablar con Liz, mi mejor amiga, quien aceptó ayudarme en la organización del evento.

—Liz, muchas gracias por ayudarme, te quedo hermoso —adule—. Pero ya ve a cambiarte, no ha de tardar en llegar.

Informe.

Liz estaba muy feliz, su familia también vendría a verla en esta velada. Tal parecía que todo iba muy bien, hasta que escuche sonidos de un Helicóptero, <¡Ese debe ser el!> pensé. Así que deje a Liz para dirigirme hacia la oficina que le habían otorgado al Presidente para su estadía.

Al llegar, esperé un poco en uno de los sofás; estaba emocionada, impaciente, tenía tanto que contarle. Escuché pasos por el corredor, hasta que la puerta se abrió. Dejó ver al hombre mayor, alto, con canas y bien vestido con un elegante traje; su rostro denotaba preocupación, entró conversando por teléfono sobre su discurso y lo bien que debía estar preparado todo. Detrás de el se dejó apreciar otra silueta, esta era de otro hombre, más alto que el Presidente, en forma, de melena larga y rubia, un hombre mayor, pero no tanto a diferencia de Adam.

Benford se detuvo al notar mi presencia, colgó su teléfono y me observó fijamente; eso causó que me pusiera nerviosa.

—Padre. —murmure mientras me ponía de pie.

Los gestos de preocupación de aquel hombre cambiaron y formó una gran sonrisa en sus labios. Se encaminó hacia mí y me dio un gran abrazo.

—Pequeña, estoy muy feliz de verte —enuncia mientras se separa de mi y me toma por los hombros—. Pero veo que ya no eres mi niña, te ves hermosa; podría jurar que eres la viva imagen de tu madre.

Adam se encamina a su escritorio y toma asiento detrás de él. Yo giro a ver a qué hombre que acompañaba a mi padre.

—León. —señale.

—Alyson —réplica Kennedy—. Siempre es un gusto verte. —comenta mientras se encamina hacia mi y me abraza.

—Me alegra mucho saber que aún continuas protegiendo a mi padre. —enuncie.

—Sabes que mientras yo viva lo haré, tu padre es un gran amigo. —réplica el Agente, mientras lleva sus manos a sus caderas.

Gire a ver mi padre y de nuevo tenía esa expresión de preocupación, esto ya era algo que me inquietaba.

—Padre, ¿estas bien? ¿sucede algo?. —pregunté.

—Si Alyson, descuida —responde Benford—. Sólo es por el anuncio que haré, se que a muchos no les parecerá mi decisión pero.

—No padre —interrumpí—. No le tomes importancia a las personas, que ellos sepan lo que sucedió en Raccon City es lo mejor. —Alegue.

<Era cierto, nada de esto merecía quedarse en las sombras, hay tantas personas haciendo daño, destruyendo hogares, familias. Yo quiero que se haga justicia y paguen los responsables de aquella atrocidad, quince años han pasado desde que perdí a mi madre> medite.

—Y tienes, pero siempre habrán personas en contra —indica Adam—. Pero no es momento para hablar de eso, estamos aquí por ti, para celebrar que pronto trabajarás junto a nosotros.

En eso tenía razón, la carrera que tomé fue con tal de estar más cerca de mi padre. La noche estaba por caer, asi que deje al par de hombres por un rato, tenía que ir hacia el lugar donde mi padre daría su discurso y tener todo listo; a mitad de camino logré escuchar por la radio de uno de los guardias, una alarma sobre un posible grupo que planeaba atentar contra mi padre. El cuerpo de seguridad comenzó a moverse, para investigar todo el Campus.

Esto era preocupante, asi que decidi regresar hacia la oficina de Adam. Me encontraba en el segundo piso, por un pasillo, conectado a las aulas, cuando escuche un fuerte golpe, seguido de un grito chillante; giro mi vista hacia donde se origina aquel evento, observe por la ventana, hacia un área en el jardín, donde seria servida la comida. Una extraña criatura, alta, pálida y con bolas que cubrían su cuerpo se abalanzaba sobre las personas y les mordía. Inmediatamente agentes y guardias iniciaban la neutralización, pero al dispararle, la criatura emanaba un gas azul, haciendo que los agentes y personas al rededor cayeran; las personas comenzaban a gritar y correr hacia dentro de la Universidad. Al minuto, aquellas personas que fueron expuestas al gas azul, comenzaban a levantarse, pero se veían distintas, su caminar, su porte, comenzaron a gruñir, para después abalanzarse sobre el resto de personas que se encontraban en las afueras.

—E-esos... son Zombies. —titubee.

Mis ojos no daban crédito a lo que veían, la gente se comía una a otra, los gritos desgarradores de las personas, estaba congelada del miedo; personas a mi alrededor veían de la misma forma el panorama de abajo, hasta que una mujer paso a toda prisa, gritando por la radio que era falsa alarma y los agentes debían regresar junto al Presidente; la dama parecía rondar mi edad, de traje, tez blanca y cabellera larga y café oscuro.

<¡¿Una falsa alarma!? ¡¿Que mierda esta pasando!? ¡¿Que a pasado con mi padre!?> cavile.

Tenía que ir con él, debía llegar hasta su oficina lo más pronto; tome el camino de regreso hacia donde se encontraba Benford, cuando escuche gritos detrás de mí, giré mi vista y ahí estaban, zombies iban entrando al corredor y embestian a las personas hasta comérselas. Inicie a correr, lo más cerca que tenía eran las escaleras, no tenía otra opción; subí hasta el tercer piso, los zombies eran cada vez más, y estaban muy cerca. Lo primero que vi fue un cuarto de intendente e inmediatamente ingrese ahi, puse seguro a la puerta y apague la luz.

Mi corazon latia muy rapido, pasos y golpes se escuchaban fuera del cuarto; tocaban la puerta en auxilio, no sabia que hacer, siquiera pensar, tenía mucho miedo, estaba realmente asustada; trate de calmarme y pensar que haría León, que me a enseñado. Se que el abriría esa puerta y los ayudaría, pero al tratar de abrir la manija, mi mano no dejaba de temblar, seguido las sombras que se proyectaban debajo de la puerta dejaron ver como los infectados se iban sobre las personas que hace unos instantes pedían dejarlas pasar.

Lleve mis manos hasta mi boca, tratando de tapar mi gritos de miedo, mi desesperación; los ojos comenzaron a cristalizarse  y por mi rostro comenzaron a caer lágrimas, estaba sola, derrumbada sobre el suelo, mi maquillaje y vestido estropeados.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2019 ⏰

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