Único.

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Dos sombras se escabulleron dentro de un callejón, a los segundos dos chicos salieron del lugar, la lluvia comenzaba a hacerse presente, una rubia se cubría con un paraguas amarillo. Observaba la escena con cierto temor.

—vientos del este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir no me imagino que irá a suceder, más lo que pase  más lo que ahora pase ya antes pasó —repitió aquel diálogo que se había aprendido perfectamente; tragó saliva con una pequeña sonrisa, sabía que sucedería, y su oportunidad sería.

La azabache se detuvo dejando que todo su cuerpo fuera cubierto por las lágrimas de las nubes, el chico también se detuvo girándose para mirarla, la expresión de ambos adolescentes reflejaba confusión con cierto grado de tristeza. La Dupain apretó sus puños mientras cerraba sus ojos y gritaba, al momento un auto paso frente a la rubia, gracias al sonido de las gotas impactar con el asfalto y el sonido del coche no escuchó por completo lo que dijo aquella chica.

—Mari yo... —el joven jaló levemente sus cabellos dorados, esbozó una sonrisa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, la fémina de jeans rosados sollozaba —¡También te amo! —gritó corriendo hacia ella para estrecharla entre sus brazos, la de ojos azules lo alejó confundida —te amo a ti, a Ladybug, a ambas, las amo, con todo mi ser, entiéndelo Mari, no amo ni amaré a nadie más que no seas tú.

Y ella había olvidado eso, que en la versión original una  palabra faltaba, que podría cambiar el significado de toda la frase  —vientos del este y brisa del mar, están proclamando que abra novedad, no me imagino que irá a suceder más lo que está por pasar ya pasó... En otra ocasión —recitó. Tragó saliva cubriendo su boca, su mundo se derrumbó en segundos, y sus recuerdos la estaban atacando.

—piensa abeja —le susurró la criatura mágica que la acompañaba, su kwami la miró oculta entre su cabello.

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—quiero vivir su vida, sentir sus emociones, no preocuparme por todo, volar, ser libre, ser feliz —tras sus palabras salió corriendo de aquella sala de cine con rapidez.

—¿A qué te refieres? —le preguntó al aire, se dejó caer en su asiento presenciando el amor que fluía en la pantalla, tras pensarlo unos momentos se levantó siguiendo el camino de la rubia, al abrir la puerta la ojiazul estaba recargada en la pared más cercana, apretó los labios ligeramente.

—el cuerpo de esa chica que empezó a temblar cuando el protagonista la intento besar, me hicieron sentir que yo estaba ahí, que era feliz —cantaba observando los carteles de promoción de las demás películas, hasta que se topó con esos ojos que tanto adoraba, cerró la boca.

—ammm —el chico rascó su nuca sin saber que decir.

—el cine —recitó sin ánimos —las primeras escenas de aproximación consiguen que te metas en la situación —prosiguió moviendo ligeramente su cuerpo —y poco a poco se va desarrollando la acción —cerró sus ojos —parece que se ha producido un apagón —continuó, tragó saliva, suspiró —debes de salir más Adrien —esbozó una tierna sonrisa, el rubio se sonrojo pensando sus palabras —es una canción —se acercó tomando sus manos.

—¿No quieres volver?

—ya la vi —pronunció rodando los ojos —vamos Adrien.

—Chloé, pero no tenemos permitido salir de la sala.

—queda un mucho tiempo antes de que acabe, podemos salir a pasear y volver a tiempo.

—¿Qué sugieres? —le hacia ilusión no acatar las órdenes de sus padres.

Piensa abeja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora