Arin estaba dando un paseo por el prado, estaba decidida a dejar la casa de la madre de Lilyan y compañía. La pobre madre estaba viuda, debido a que en la guerra de hace mucho mucho...el hombre falleció de una intoxicación, o fue lo que le contaron a Arin. Después de ello, hubo una inmensa paz hasta hace poco, que un malvado mago les robaba el alma a la gente y las metía en bestias voraces y horripilantes, asquerosas, e, incluso si me apuras, adorables...(estas últimas no eran las más comunes). Como iba diciendo...Arin andaba por el prado muy tranquila, con sus típicas coletas, su pelo azul cielo, sus ojos verdes jungla, su sonrisa de oreja a oreja, sus labios azules celeste, su nariz negra y su tez bronceada; a la vez alerta de todo, por si algo le acechaba y podía ponerse fea la cosa:
Arin: ¡Voy a hacerme fuerte, como karateca o...algo así!
De repente, vio una mariposa rosada volante, y, por extraño que parezca, a su lado se encontraba un especie de...¡vamos a ver! ¿QUÉ ES ESO?:
Arin: ¡Mamiiiiiiiiiiii!
Salió escopetada cuando eso...se juntó con la mariposa y empezó a perseguirla. Llegó a un pueblo pequeño y muy rural, donde un chico de ojos amarillos atigrados, y su pelo azul fluor con su flequillo hacia arriba le dijo:
??:¿A dónde vas con tanta prisa?
Arin: E-Estaba huyendo de un monstruo mariposa con un alma raro que se le puso encima y, me perseguía y...
??: ¡Para el carro! ¿Me estás diciendo que un monstruo mariposa te ha hecho perder la compostura? Umm, vale, no me importa.
Arin: Por cierto, ¿cómo te llamas?
Armin: Me llamo Armin, y soy el guía de este pueblo, pero me da pereza enseñartelo todo, así que sírvete tu misma.
Arin:(Que tío más pasota, como si no tuviera suficiente con Gone).
Arin se encontró con una chica muy vivaracha en un puesto de verduras, con su pelo blanco y sus ojos morados y vivarachos intentando vender comida:
??: ¡Buenas forastera! ¿Qué desea?
Arin: Nada, nada, maja. Solamente me he perdido un poco por este pueblo.
??: Pues mira que es chiquillo, ¿de donde vienes?
Arin: Afueras de aquí.
Miny: Bueno, pues si otro día necesitas pasarte a la mejor frutería de esta tierra, vuelve a tu amiga Miny, y por cierto, bienvenida a Verdalia.
Arin: Gracias, chao maja.
Arin miraba el pueblo muy sorprendida, era pequeño, pero todos estaban felices, un niño correteando por un lado, y su madre persiguiéndolo, un alcalde con pinta insegura, un tío con cara de no llevarse bien con cualquiera, unos tortolitos...¡Había de todo! Pero, de repente...todo el cielo se llenó de nubes moradas, y se dejó ver una silueta de un monstruo que reía: