Al fin, ese fin de semana de videojuegos que tanto habíamos esperado había llegado. Chuck se presentó puntual a mi casa, a las 9 de la mañana, como habíamos acordado hace casi una semana.
-Bien, he traído el juego de nuestra niñez, si seguimos el plan hoy nos lo pasamos entero y mañana podremos jugar juegos más... actuales, ya sabes...
-Tío, yo ideé el plan, no hace falta que me lo repitas.
-¡A sus ordenes mi capitán! ¿Nos ponemos en marcha?
Cogí el juego y lo puse en la consola, indicando que si, nos poníamos en marcha.
-¡Me pido ser el jugador uno! -grité a la vez que ponía el conector en la ranura del jugador uno.
-Puto... Ok, pues supongo que me toca ser el dos -dijo conectando su mando.
Parece ser que de pequeños eramos un poco exagerados, y también bastante malos, porque en una mañana nos pasamos el juego entero.
-¿Y ya está? -dije cuando vi los créditos.
-Chicos, supongo que os pasareis el día encerrados intentando acabar el juego este así que os dejo la comida aquí y no os molesto -dijo mi madre entrando y saliendo de mi habitación.
-Eh, ok -dije después de que cerrase la puerta- Vale, el plan ha fallado un poco, ¿alguna idea improvisada comandante?
-Pues... -dijo levantando el Fifa.
-Y por eso te pregunto a ti -y reímos.
Cambiamos de consola y nos pusimos a jugar. Bueno, yo más bien a recibir una paliza de Chuck mientras el se regodeaba dejando la repetición completa del gol.
-¿Por qué sigo siendo amigo tuyo?
-No se... ¿Eres masoquista?
-Con tu cuerpo un egoísta -y nos partimos el culo un rato.
-Lo has dicho mal.
-Au contraire, amigo mío, lo he adaptado a la situación, que es lo que hacen las personas inteligentes -y Chuck aguantó la respiración y abrió la ventana.
-¿Que haces? ¿No te has tirado un pedo no? -y me levanté rápido por si había que salir huyendo.
-No tranquilo, es que con tanto ego me ahogo.
Chasqué la lengua y me reí. Después nos pasamos toda la tarde cambiando de juego, e incluso se fue a su casa y jugamos los dos online, luego volvió, jugamos un rato más y nos fuímos a dormir como a la una de la mañana.
-Tío, ¿estás despierto? -susurró Chuck.
-Ya no -le dije yo.
-¿Te das cuenta de que llamamos a la comida comida cuando todavía no ha sido comida? Es como lo de vender la piel del oso antes de cazarlo...
-Son las dos de la mañana tío.
-¿Gracias reloj parlante?
-Que te jodan -dije volviendo a girarme para dormir.
-Piénsalo, es lo mismo con la bebida, todavía no la hemos bebido... ¡Y con el pescado!
-Hey, las mamadas... -y los dos reímos a carcajadas.
-Me gusta como piens- -Chuck fue cortado por mi móvil, que empezó a sonar.
-¿Quién puede ser a estas horas? -dije algo molesto.
-Tío, es Alex -dijo Chuck que ya tenía mi móvil en las manos.
Rápidamente se lo robé y contesté. No hacía falta poner el altavoz, con el silencio que había en mi casa, normal a esa hora, se escuchaba perfectamente.
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Llamas cruzadas
Science FictionHola, ¿que tal? No vengo a intentar convencerte de que leas una historia llena de acción, diversión, súper entretenida que no puedes dejar pasar. Tampoco vengo a describirte una historia que relaciona dragones, humanos, malvados, seres de luz, divos...