Todos somos indestructibles

86 1 0
                                    

Meid

Estaba ahí en la bañera, dejaba caer el agua sobre mi piel, pensaba en todo lo sucedido. Siento que no estamos aún a salvo, Gabriel escapo nadie debería estar tan tranquilo. Pero algo me dice que va a regresar, y está vez no sé qué podemos hacer. Siento que se avecina algo fuerte, algo que ni yo ni Max, o Tyler o incluso mis padres ni mucho menos los agentes de la CIA, puedan con esto y evitarlo.

Solía pensar en los problemas que me metía con mis amigos, pero y ¿Ahora? Esta mucho en juego, además de amigos y familia esta, Max. Lo amo y no quiero que nada le suceda, mierda lo amo ¿Cómo sería mi maldita existencia sin el? Si lo pierdo, lo perderé para siempre y tendría que vivir con ése dolor inmenso indescriptible por su ausencia. No quiero perderlo, jamás amé a un chico de tal modo, no se lo que estoy haciendo realmente solo me guío por mis sentimientos y impulsos, mi corazón comienza a latir tan fuerte con tan solo ver su maldita y perfecta sonrisa, ¿Qué haría sin el? No lose, solo sé que haría lo que fuera por salvarlo, lo que sea y si debo morir entonces prefiero eso que pasar una vida entera sin el.

Salgo de la ducha, cierro la canilla y me cubro con la toalla. Me visto con una blusa y un shorcito para luego acostarme y seguir pensando. Hasta que el sonido de la puerta abriéndose me saca de mis profundos sentimientos. Ya sabía de quien se trataba entonces.

— Max.

— Meid- dijo preocupado.

— Sé lo que me dirás, por favor quiero estar sola Max.

— ¿En serio? Tenemos muchísimo de que hablar.

—Lose- dije sin ánimos.

— Sé que estás pensando en todo, pero no pienses en eso ya se terminó todo. No te culpo, es horrible lo que pasó allí los conozco perfectamente, saben también quien soy yo y que te amo y podrían utilizarlo en nuestra contra.

— ¿Cómo sabes que todo se terminó? Gabriel está ahí afuera y trata de buscarnos con el fin de matarnos, ellos volverán lose y sé que tú también lo sabes.

Max

Meid que llegó a casa no salió de su habitación estuvo 6 horas sin salir. Sé por lo que estaba pasando, sé que no está tranquila. Lose y no la culpo ¿Quién sí lo estaría? Nadie. Decidí ir a buscarla yo necesitaba hablar con ella debía aclarar cosas con ella, el imbécil de Nick la había besado, sigo realmente molesto pero eso no importa ahora,voy y abrí la puerta.

Notó que sabe que soy yo. -Max- la escuché decir. La visualizo y veo que estaba acostada su mirada estaba pérdida en la nada.

— Meid- exclame preocupado.

— Sé lo que me dirás, por favor quiero estar sola Max- Me pidió Meid.

— ¿En serio? Tenemos muchísimo de que hablar- Insistí.

— Lo sé- dijo sin ánimos.

— Sé que estás pensando en todo, pero no pienses en eso ya se terminó todo. No te culpo, es horrible lo que pasó allí los conozco perfectamente, saben también quien soy yo y que te amo y podrían utilizarlo en nuestra contra- Dije tratando de hacerla entrar en razón.

— ¿Cómo sabes que todo se terminó? Gabriel está ahí afuera y trata de buscarnos con el fin de matarnos, ellos volverán lose y sé que tú también lo sabes- Dijo para luego mirarme hacia los ojos. Tenía toda la razón no no lose, no lo sabía.

— Tienes razón, no, no lo sé. Pero ay algo que sí sé perfectamente. Te amo Meid, sabes más que nadie que jamás dejaría que algo te suceda yo te cuidaría con mi vida, lo sabes, y también sabes que si esos imbéciles vienen por nosotros, yo estaré listo para mandarlos de donde volvieron, no dejaré que nada ni nadie te haga daño no, nunca. No dejó que responda la pegó hacia mí y le doy un beso pero este beso tan inmenso y tan lleno de vida, la beso como si mi vida dependiera de eso, ella lo sigue, la agarró de la cintura, al terminar junte mi frente con la suya, tratando de respirar por la falta de aire.

Me he vuelto a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora