°•Prólogo•°

56 14 4
                                    

  La música estaba demasiado alta, era casi ensordecedora, pero todo el mundo parecía disfrutar de aquello; cuerpos juntos bailando en el centro de la pista mientras otros tantos bebían cerca de la barra, entre ellos uno que en específico llamaba la atención de chicas y chicos a su alrededor, con una figura alta y muscular, sin llegar a lo exagerado, era el propio cuerpo de un alfa, que llenaba su fuerte sistema con cantidades de alcohol, ignorando a todo el que se posara a su lado para conversar o intentar que los llevase a su cama; cosa que jamás pasaría.

—Maldición.

  Se escuchó bramar con fuerza al alto hombre al tiempo que empujaba a una omega que trató de trepar a su regazo, la hizo caer al suelo, pero a nadie pareció importarle demasiado el daño que le pudiera causar la caída; él era, sin duda, demasiado para cada persona que se encontraba ahí.

  Ni bien dejó algunos billetes sobre la barra se dispuso a salir, su pecho siendo suavemente golpeado por el pequeño cuerpo de un omega, un chico, podía olerlo por sobre todo el alboroto de hormonas que se desataba en aquel bar, era de cuerpo pequeño y curvas grandes, sólo pudo distinguir de su rostro los ojos azules bañados en algo que no pudo descifrar.

—Oh, sólo mira esto. –Se contuvo de gruñir mientras repasaba el cuerpo en sus manos, haciendo que el omega retrocediera, empujando su pecho.–

Suéltame, idiota. –Chilló volviendo a empujarlo, logrando moverlo algunos centímetros, dándole el espacio perfecto para esquivarlo e ir a otro sitio, buscando a sus amigos.

Sonrió con socarronería, recordándose mentalmente lo que era siempre; ningún alfa podía intimidarlo o tratar de usarlo a su gusto, simplemente no iba con él. Pudo ver la rubia cabellera de su mejor amigo y se apresuró a alcanzarlo, pero una fuerte mano lo detuvo, tirando de su cuerpo hacia atrás, casi logrando que cayera; cuando pudo ver de quién se trataba lo empujó de nueva cuenta.

¡Suéltame!

Caminó más rápido, abrazando al alfa que esperaba por él, su mejor amigo, sentía su corazón ir demasiado rápido, no podía negar que eso lo había asustado, pues generalmente siempre que los alfa recibían el primer golpe de Louis se alejaban sin más, pero éste no, el ojiazul se sintió protegido al estar cerca de su grupo de amigos, especialmente Niall, quién lo abrazaba por los hombros, sin embargo éste tenía pareja, así que nada de ello podía ser malinterpretado por los ojos esmeralda que lo miraban sin ningún reparo mientras un gruñido crecía en su pecho.

Era sin duda un precioso omega, pero demasiado altivo para su gusto, aunque... Nunca estaba demás un pequeño juego difícil para avivar el interés.

El rizado optó por ir a su casa, conduciendo sin el más mínimo cuidado, pues las calles estaban casi desiertas, al ser altas horas de la madrugada.

Tomó su celular de la guantera, sintiendo aún el hormigueo en las palmas de sus manos por haber tocado a aquel omega, era inexplicable, pero nadie se negaba a él, respiró profundo para lucir tranquilo mientras llamaba a alguien de su equipo de trabajo.

— ¿Michael?... Necesito un favor especial.

Le dijo al beta del otro lado de la línea, deteniéndose en una luz roja, sonriendo con superioridad como siempre, o la mayoría de las veces.

—Quiero la información de un omega a quién conocí hoy.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 03, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

unbreakableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora