Cuando el sol se puso sobre los barrios bajos de Los Ángeles, una ciudad de tiendas de campaña se levantó. Una por una hasta que la multitud de ellas impedía el paso de los carros por las calles. Un montón de tiendas de jirones arrancados de nylon en la parte posterior de un camión de Wal-Mart. Y las otras tiendas hechas de la nada, una sábana sobre alguna tabla de madera. Familia enteras metidas en esas tiendas. Para ellos la pérdida había terminado allí, porque al fin podían dormir sin miedo a la muerte. Y porque, después de la noche, los policías dejaron el lugar solo. Daniel termino allí porque siete mil personas le hacen más fácil soportar todo. Y porque los barrios bajos era el último lugar en la tierra donde esperaba encontrar a Luce.
Daniel se había hecho una promesa después de la última vida. Perderla de esa manera: Un resplandor brillante en medio de un lago congelado. No podía soportarlo. No podía dejar que ella muriera de nuevo por él. Ella merecía amar a alguien sin tener que pagarlo con su vida. Y tal vez hubiera podido si tan solo Daniel se hubiera mantenido alejado.
Así que, en el centro, a lo largo de la calle Grittiest en la ciudad de los Angeles, Daniel monto su tienda, lo había hecho todas las noches durante los últimos tres meses, desde que Luce había cumplido trece años. Cuatro largos años antes de que, como suele pasar, se encuentren. Eso fue lo que llevo a Daniel a romper con ese ciclo.
No había nada más solitario o depresivo que los barrios bajos de los angeles. Ninguno de los otros hogares que había construido Daniel para el mismo había resultado tan desolador. Pero al menos en ese lugar, no había nada de romanticismo. El tenia los días libres para pasear por la ciudad, y en la noche,tenía una tienda, que al cerrar la cremallera dejaba el resto del mundo fuera. Tenía unos vecinos que se cuidaban los unos a los otros. Tenía un sistema que podía manejar.
Hacia hace mucho tiempo había dejado de buscar la felicidad. Travesuras que nunca se atrevió a realizar, no como lo hicieron sus amigos Ángeles caídos.No; prevención. Prevenir a Luce de enamorarse de él, de siquiera conocerlo en esta vida.- ese era su único y último objetivo.
Él rara vez volaba, y extrañaba hacerlo. Sus alas querían salir y sentirse libres. Sus hombros le provocaban picazón casi todo el tiempo y la piel de su espalda se sentía a punto de estallar por la presión. Pero parecía demasiado conspicuo dejarlas libres. Aun en la noche, en la oscuridad y solo. Siempre hay alguien que lo ve, y Daniel no quiere que Arriane o Roland o incluso Gabbe sepan dónde está escondido. Él no quiere ni la más mínima compañía.
Pero de vez en cuando, se supone que debía reunirse con un miembro deLa Escala. Ellos eran una especie de oficiales de libertad condicional para los caídos. En el comienzo, La Escala tenía más importancia. Más Ángeles por ahí que vigilar, más Ángeles para llevarlos a su verdadera naturaleza. Y ahora que muy pocos de ellos se mantuvieron en juego', a La Escala le gustaba tener un cuidado especial con Daniel. Todas las reuniones que él ha tenido con ellos a lo largo de los años, has sido nada más que una enorme pérdida de tiempo. Hasta que la maldición se rompió, las cosas estaban obligadas a seguir un curso: el limbo. Pero Daniel ha estado dando vueltas por ahí el tiempo suficiente para saber que si él no los busca, ellos vendrán por él.
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SAGA OSCUROS- HISTORIAS CORTAS
Romance¿Amor imposible ? Misterioso y reservado, capta la atención de Luce Price desde el mismo momento que lo ve en su primer día en el internado Sword & Cross en Savannah. Sólo hay un problema: Daniel no quiere tener nada que ver con ella, pero Luce no...