Capítulo ocho.

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La cena es anunciada a todos los pacientes en el hospital, todos se dirigen al gran comedor; algunos ansiosos y hambrientos, otros aburridos y sin ganas de ir. Pero cada uno de ellos debían comer, era una de las tantas reglas.

Harry se dirigió con Liam a su lado y bandeja en manos a la mesa habitual. La tarta de carne parecía apetitosa desde su humeante plato cosa que en cuanto vio lo que cenarían, lo sorprendió. Se esperaba otros fideos pegoteados o lentejas nuevamente. Quizá la cena podría salvar el día y hacerlo olvidar lo que lo tenía tan alterado y susceptible. Aunque no había cosa más estúpida que pensar que una comida podría salvarte el día.

Liam iba contándole que en dos días más sería el día de visitas y estaba muy emocionado por ver a su madre; Harry se preguntó si él también tendría derecho a visitas siendo que hacía tan poco estaba allí. Quería ver a su madre y a su hermana lo más pronto posible. Extrañaba sus chillonas voces parloteando todo el tiempo. Aunque no haya estado la mayor parte del tiempo en casa en esos últimos días con ellas, aún así extrañaba las pocas horas o minutos que las veía.

En cuanto llegaron a la mesa se encontraron con que los lugares habían cambiado un poco esta vez. Hope y Niall estaban uno al lado de otro conversando y comiendo. Las sonrisitas y miradas eran muy obvias ante los ojos de cualquiera.

Louis estaba sentado en frente de éstos. Los miraba con una expresión que realmente daba gracia. La mueca de asco por la cursilería parecía ser natural, Harry hubiese deseado preguntar si había nacido ya con esa cara o qué.

Liam tomó lugar en segundos junto a los dos rubios. El rizado le mandó una mirada asesina, en realidad él tampoco quería sentarse al lado de Louis, por razones distintas a las de Liam, claramente.

Harry sabía qué tan mal le caía Louis al castaño, él mismo se lo había contado; pero la confusión y esos deseos locos de volver a sentir esas sensaciones al estar tan cerca de Louis, hacían pensar a Harry que eran razones con mucho más peso y poder que las de Liam para no sentarse a su lado.

Aún así, tomó asiento con la distancia máxima al lado de Louis y se sentó tieso y con la columna bien recta. Liam entabló una charla con los dos a su lado y él se quedó callado y nervioso mirando la tarta. De pronto se le quitó el hambre y hasta sintió un revoltijo en su estomago.

Tomó cuchillo y tenedor y comenzó a cortar pequeños trozos para comer. Vio a Louis a su lado, con las manos en los cubiertos pero sin moverse. Estaba callado y no lo veía.

Un bocado directo a su boca y masticó lentamente.

Louis se removió a su lado, creyó que estaba más cerca de él y se preguntó si el castaño se había movido o él estaba volviéndose un paranoico delirante.

"Quizá me moví yo inconscientemente."

El calor de otro cuerpo más cerca invadió su espacio. Podía ver a Louis por el rabillo de su ojo. Seguía con las manos sosteniendo los cubiertos pero sin tocar la comida.

Definitivamente, Louis se había movido nuevamente.

Harry podía volver a sentir los principios de esas corrientes eléctricas, pero no dijo ni hizo nada para evitarlo. Podría haberse corrido, podría haber comido más rápido y retirarse, pero no lo hizo y esperó por sentir más.

Tragó sonoramente, el tenedor cayó en la mesa.

El brazo de Louis pegado al suyo, tierno y cálido. Se maldijo por tener mangas largas porque sino sentiría la, aparentemente, suave piel de Louis.

Su mente decía que corra, que escape de allí y se aleje de esas sensaciones tan extrañas y poderosas, pero quería sentirlas; lo hacían sentir bien, completo y eso lo mantenía quieto.

Oblivion. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora