CAPÍTULO 1
Se ha desatado la guerra, miles de pueblos están luchando entre ellos para conseguir el poder. Y aquí estoy yo, sin poder escapar.
Intento traspasar la línea que me alejara de todo, de mi pasado, de la gente que es capaz de matar por ser alguien influyente en el estado. Corro con todas mis fuerzas, esquivo cadáveres y consigo pasar un kilometro, dos, tres... y cuando estoy a punto de traspasar la línea siento un pinchazo en el costado, me siento arder y se me nubla la vista y así abandono este mundo del que nunca me sentí parte, me dejo caer e imagino un mundo mejor, un mundo en el que cuando despierte no hay gente malvada.
Al despertar me encuentro en una habitación grande y lujosa y veo a un hombre sentado en una silla mirándome fijamente.
-Despertaste al fin- fue lo primero que dijo.
-¿ Dónde estoy? ¿por qué estoy aquí? ¿Quién eres? ¿Por qué no he muerto?- no podía dejar de hablar, mi lista de preguntas crecía cada vez mas.
- Demasiadas preguntas- respondió- pero te las contestare. Para empezar estás en unacasa secreta, poca gente sabe su paradero y estas aquí porque necesitamos algo de ti.
>No has muerto porque no puedes morir, hace falta algo más que un disparo para acabar con alguien como tú. Tu sangre no es como las demás, tienes un ADN con un anomalía, esta es una guerra en la que mueren ellos o morimos nosotros.
> Soy igual que tú, puedes confiar en mí, tenemos que entrenar duro para conseguir la victoria, seré tu entrenador.
No entendía absolutamente nada de lo que me estaba diciendo pero algo en mi interior se revolvió, lo que me indicó que decía la verdad. Siempre me había dicho que era diferente y que llegado el momento debería confiar en un tal David Rush.
Al fijarme bien me doy cuenta de que el chico enfrente mía es muy atractivo, con anchos hombros y musculoso. No me malinterpretéis, no me gustan los chicos exageradamente musculosos, sino los que se nota que están en forma sin necesidad de tener brazos como mis dos piernas juntas. Pero este chico era mi prototipo físicamente.....NO, no podía dejarme engañar, no sabía nada de él, podría estar intentando matarme y yo estaría fantaseando con él.
Solo confiaría en David Rush
-Por cierto, soy David Rush- me dijo.
En ese momento supe que la batalla había empezado.
Estaba confusa, hace ya tres horas que me trajeron a la habitación que a partir de ahora será mía. No me puedo quejar, es grande con paredes blancas y con una gran cama con dosel, aquí podrían caber perfectamente tres personas, también hay un sillón y un cuarto de baño. Demasiado espacio para mí.
Pero aún así me siento sola, no he descansado ni un segundo, pensando en mi familia, en qué es tan importante como para empezar una guerra e increíblemente también estaba pensando en David, no tengo muy claro cómo era, pero sé que es atractivo
Mi familia me dijo que confiara en él, pero es tan difícil hacerlo, ¿cómo sé que no se ha corrompido o que no ha matado al verdadero David Rush? Todo es muy confuso. Tengo que hablar con mi madre, lo voy a exigir, necesito saber la verdad, y lo necesito ya.
.
.
Así con esta fuerza creciendo en mí me acerco a la puerta con cuchillo en mano, pues estaba cerrada, y consigo abrirla. Camino por los pasillos sin saber a dónde dirigirme, oigo ruidos en una habitación, incluso algún grito. Me acerco con la intención de escuchar sin que me pillen, pero siempre he sido muy patosa, empujo la puerta y caigo de rodillas en la habitación. No conozco a nadie y me están mirando con cara de pocos amigos.
Rezo para que alguien me rescate. Y entonces aparece David, dios parece que me siga, me pone nerviosa.
