Newbie sky

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Nadie nace sabiendo, todo es parte de la experiencia.


- Estas bromeando. ¿Verdad?

- ¿¡Eh!? - El peligris se exaltó; estaba hablando muy enserio. – Para nada Yaku-san. Yo en verdad, de verdad, quiero tener una cita con usted.

Sinceramente el castaño no creía en las palabras del más alto. Lev era conocido por ser alguien muy directo con lo que pensaba, pero también por ser alguien infantil y muy bromista. El más bajo, como su sempai y maestro, era muy consciente de aquello. Así que, ¿cómo debería tomarse esas palabras?

Solo habían decidido quedarse ellos en el lugar de entrenamiento para guardar las cosas; todo iba bien, Morisuke le daba consejos mientras juntaba algunos balones al igual que él menor. Cuando de repente este, el "As" de Nekoma, se le acerco silencioso y con una sonrisa le dijo:

<< Yaku-san, tenga una cita con el As. >>

No tenía respuesta para esta declaración, que respuesta se daba en estos casos. No recordaba que alguien le haya pedido eso tan directamente. El de tercero no entendía bien que hacía el de primero con todo esto, asique desvió la mirada al suelo ante la mirada inquisitiva del medio ruso.

<< ¡Demonios, porque siempre los Kohais me dan preocupaciones! >>

- Y... bien... ¿Acepta, Yaku-san? – El peligris no borraba su sonrisa, aunque internamente se moría de los nervios. – ¡Prometo que se divertirá!

<< ¡Vamos! Responda, Yaku-san... >>

Ambas cabezas se nublaban por la ansiedad; una por la ganas de recibir una respuesta y la otra por no saber cuál darla. Más el sonido de las agujas al avanzar no les daba tranquilidad, el tiempo parecía exigirles que tomaran una decisión.

Un momento incómodo.

Morisuke navegaba en medio de la incertidumbre; se supone que cuando pides una cita a la persona que te gusta, eres sutil y calmado. No te expresas de manera exorbitante y con gran efusión.

<< ¡ESPERA! Eso quiere decir... ¿Le gusto a Lev? >>

Uno se declara cuando le gusta alguien; el bochorno tiño de rosa sus mejillas. Recién era consciente de lo que era más obvio; esto explicaba muchas cosas coma que le pidiera ayuda al estudiar, le invitara a comer los dos solos, le hablara muy seguido al móvil o le fuera a visitar, entre muchas cosas más.

- ¿Yo te gusto? – Levanto mirándolo fijamente, buscando un atisbo de mentira. – Y no estoy bromeando, Lev.

Esperaba que el más alto soltara una risilla, que todo fuera una mala broma, y que su carcajada se viera causada por la perspicacia de su sempai al no caer en esta. Pero eso no paso; en su lugar, el peligris tenía las mejillas coloreadas en vergüenza y una sonrisa que variaba entre lo tímido y lo nervioso.

- Creo que estoy siendo muy obvio, Yaku-san. – Se rasco la parte lateral de la cabeza en un gesto nervioso. – Pero el As pregunto primero, así que. ¿Cuál es su respuesta?

El silencio se instaló otra vez entre ellos dos; porque se sentía incapaz de contestar la interrogante del menor. No tenía respuesta para alguna de sus interrogantes, se sentía como si caminara en un campo minado y si diera una respuesta a la ligera, cualquiera estallaría.

- ¡Oh! Acaso será... ¿Usted sabe que lo llevaría a la feria que se instaló en la ciudad? – Lev inquirió con una sonrisa; su sonrojo era casi imperceptible, pero aún estaba presente. – Descuida, Yaku-san. No creo que exista problemas por su tamaño, a mí lado lo dejaran entrar en cualquiera de las atracciones; después de todo soy muy alto.

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