—Golden, yo...
—Freddy, no hablaremos nada hasta que estemos dentro—Interrumpió Golden, mientras abría la puerta de la casa
Suspiró, dejó su abrigo en el sofá, donde se sentó, con la mirada gacha. Freddy se sentó junto a él
—¿Me dices que te gusto?—Comenzó Golden, casi procesando lo que decía, Freddy asintió, mirando impaciente su contrario—Eres consciente de que estoy casado, y sumamente enamorado ¿No?
—S-Sí, yo... Yo no tengo intención alguna de acabar con su matrimonio ni nada, es decir, llevan siete años y no quiero que ese tiempo solo se vaya por la borda, pero... Yo... Te quiero para mí.
—Freddy, no digas eso, no debes decir eso, NO PUEDES decir eso, repito, estás hablando con un hombre casado—Inspiró profundo, intentando no "estallar"
—Sí, pero...—Suspiró—No es mi culpa que seas tan atractivo, o tan amable o amigable, o tan sociable y...
—No te pedí que enlistaras las cosas que te gustan de mí, lo lamento, pero directamente no me interesa—Interrumpió—Intento no ser muy agresivo ahora mismo, pero a vista de que no lo estoy logrando debo disculparme—Suspiró, mientras llevaba sus dedos al puente de su nariz
—No me odias ¿Verdad?
—No, pero sí estoy algo molesto—Lo miró de reojo
— Lo siento.
—Una disculpa no lo va a arreglar, Freddy, al menos no conmigo. Verás, esto TENGO que comentárselo a Foxy, y aunque no fuese así, no lo dejaría fuera de esto, y... Joder, se va a desanimar tanto... Va a volver a sentirse basura y volverá a compararse con el resto del mundo, sintiéndose menos—Bufó
—Yo no tengo esa intención.
—Va a ponerse celoso, pero lo conozco, sus celos no lo llevan a enojarse o algo, sus celos lo llevan a desanimarse y ponerse triste. Y será por tu culpa—Recalcó a modo acusador
—Entonces no se lo digas—Sugirió
—¿Oíste lo que te dije? No pienso dejarlo fuera de esto, Freddy—Lo miró, en sus ojos se reflejaba la molestia
—... No debí interesarme en ti ¿Verdad?
—Para nada.
—Pero ya te lo dije, y lo sabes, no lo puedo controlar, no puedo dejar de fantasear con que dejas de amar a Foxy y vienes conmigo, y que tu cariño es solo para mí.
—¡Freddy, escucha lo que dices! ¡¿Sí?! ¡No planeo dejar a Foxy por otra persona! ¡En tus fantasías él sale dañado y eso es lo que menos quiero!
—Lo sé, pero... ¿Ni una oportunidad? Él no se entrará.
—¡Ahora me pides que le sea infiel! ¡¿En qué mundo vives?! ¡No voy a serle infiel a la persona que más amo en el mundo! ¡¿Me entiendes?!
—... Sí—Suspiró
—Mira, ahora quiero que hagas como si nunca te hubieses declarado ¡O mejor aún! Olvida que te gusto, yo le contaré a Foxy, luego, también lo olvidaré, y me voy a quedar queriendo a mi pareja ¿Entendido?
—Pero yo...
—¡No me importan tus excusas! ¡Es lo que harás, porque no planeo que Foxy se sienta menos solo por ti!
—Claro... Lamento gastar tu tiempo.
—... Lamento ponerme agresivo—Suspiró, mientras se cubría el rostro
—... ¿Ni si quiera un beso?
—¡Largo de mi casa!—Exclamó Golden, empujando a Freddy hasta la puerta, y cerrándole ésta con fuerza
Se echó en el sofá y suspiró
—Hacerle daño a Foxy... Agh ¿Cómo se lo tomará?—Murmuró para sí
Algo más tarde, escuchó la puerta abrirse, por lo que se levantó del sofá y se dirigió a la puerta principal, encontrándose a Foxy, con los ojos hinchados, así que se inmediato se preocupó
—Mi vida ¿Pasó algo? ¿Estuviste llorando?—Preguntó Golden
Foxy no respondió nada, solo se lanzó a abrazar a su pareja con fuerza.
Eso significaba algo o muy bueno, o muy malo.De pronto, escuchó sollozos por parte del pelirrojo, el corazón comenzó a retumbarle con fuerza. Algo estaba muy mal.
Algo había logrado romperlo a ese grado—Foxy... ¿No quieres hablar?—Preguntó, aún acariciando suavemente la espalda de su contrario, demostrando su cariño, y su preocupación ante tal llanto
—Y-Yo... Ah... E-Es que...—Intentaba decir, pero las palabras apenas sí salían de su boca
Se sentaron en el sofá, mientras Foxy seguía intentando calmarse.
Sí, era alguien fuerte y tal, pero si se trataba de las personas que le habían dado el cariño y compresión de una familia como las de los demás, toda esa fuerza se iba por el retrete.
Especialmente si se trataba de los Macrath, esas cosas sí que lo dañaban.
Le habían dicho lo de Joshua.
Y le había dolido.