Ella obsevaba tímidamente detrás de un escondite del recibidor. Ser nueva no es bueno a veces, o quizás en este caso lo era pero aún no lo sabía apreciar. La ansiedad carcomía cada pensamiento que tenía y no podía mantenerse en pie.
Así fue, como ella conoció al amor de su vida. Él la tomó de la mano y quitó esas timideces.
Poco a poco, beso a beso.