Qué triste es sentir y que doloroso es vivir.
Aun omitiendo lo primero no te libras de lo segundo.
Para alguien como yo, que ha decidido dejar de expresarse y sufrir en silencio sin desahogarse con nadie, es demasiado difícil seguir con el dolor que me infunde esta vida.
Caminar se hace difícil, hablar se hace cuesta arriba y vivir es un reto que no estoy dispuesta a empezar.
Tengo pilares a los que sujetarme, pero de nada me sirven ya que con una ligera brisa se hacen añicos.
Me miro al espejo y lo único que veo es a una persona que está vacía por dentro, que lo único que tiene por dentro es oscuridad, sus pensamientos, sus sentimientos, todo lo que es, es la sombra de los demás.