¿Y qué más debía de darle a él que Shun no estuviese? Dejó su cabeza ir hacia atrás y se sobó el puente de la nariz con frustración. Procellarum y Six Gravity habían decidido una reunión para hablar de una segunda canción en conjunto y el único que aún no había hecho acto de presencia era Shimotsuki.
Escuchó algo a lo lejos que Kai le llamaba al móvil y negaba ante la falla de comunicación.
- Por la noche no llegó. Sabía que debía salir con Hécate, pero eran solo unas horas.
¿Quién lo había dicho? No tenía la menor idea y no tenía idea de porqué le molestaba. - ¿En qué momento salió? – fue dicho sorprendentemente alto. Diez cabezas giraron en su dirección con incredulidad y el silencio se apoderó por segundos.
El estornudo de Kakeru interrumpió la tensa situación en la que había caído y lo salvó de dar explicaciones, él jamás preguntaba por el líder de Procellarum, además aún podía escuchar su voz del día anterior. "Hajime ¿Tienes las composiciones? Hajime ¿Hablaste con los managers? Hajime ¿Salgamos? Hajime, no deberías ser tan cruel, eh. Hajime, Hajime, Hajime" ¡Joder! Mejor para él que no estuviese ¡Podían hacer la reunión sin que lo estorbara diciendo su nombre con aquella voz melosa! Se levantó de golpe y caminó como león enjaulado. ¿Y cuándo había salido con esa tal Hécate? Hasta donde recordaba había estado siguiéndole hasta entrada la noche ¿Salió después de ello?
No pensó más allá y salió de la sala de reuniones, dando un fuerte golpe al cerrar. Sus pasos normalmente pausados y controlados habían adquirido algo más de velocidad.
- ¡Shimotsuki, despierta de una vez! ¡Están todos esperando en la sala de reuniones! –fue casi un rugido. Estresado solo tomó una almohada del sillón en el que el peliblanco reposaba y se lo lanzó en la cabeza. La figura masculina despertó sobresaltada y lo único que hizo fue remover sus cabellos y bostezar. Que ganas de tirar de sus brillantes hebras.
- Alguien despertó de malhumor, eh –sonó a burla. Apretó los dientes y jaló de su brazo, llevándolo a rastras.
- ¡Hey! Al menos por esto deberías aceptar mi invitación a salir.
No le respondió, solo siguió jalando de el.
- Hajime ¿Me estas escuchando? Hajime, Hajime, Hajime.
- ¡Calla! ¡Si te callas de una maldita vez saldré contigo! Solo cierra la boca. – Y como sentencia, no volvió a escuchar su voz. Poco a poco soltó el agarre, sus dedos rozaron su pálida y cálida piel; y como si quemase lo soltó. Solo entonces abrió la puerta de la oficina y entró con la misma expresión calmada de siempre.