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--¿Asuna?¿Hey?¡Asuna!

--¡Kya!--soltó un leve grito en lo que reaccionaba ante la repentina aparición del rostro pecoso de su mejor amiga justo frente a sus ojos.

Retrocedió escasos pasos llevándose una mano al pecho,a sabiendas de que era observada por todas las demás.

--¡Te esfumaste!¿que tanto piensas?--preguntó esta curiosa.Asuna suspiró audiblenente mientras tomaba un sorbo de su vaso de jugo.

--Perdón,estaba en otro mundo--rió divertida,pensando en quien le habría contagiado esa extraña costumbre.
Por supuesto,todo era culpa suya,porque él era el único capaz de meterse en su cabeza sin importar el momento o el lugar.Ella estaba indefensa ante esos momentos en los que solamente podía pensar tan profundamente las cosas que llegaba a desconectar del mundo para sumirse en sus propias preocupaciones.

--¿quizás regresase a Aincrad,sub comandante?--preguntó con una sonrisa divertida la morena mientras pellizcaba la mejilla de su amiga.

Asuna soltó un quejido y se alejó,regresando a la mesa donde todavía quedaban bastante aperitivos.Sin duda la fiesta era de lo mejor,y todos los presentes disfrutaban de sí mismos,mirando hacia el pasado con una sonrisa,porque eran luchadores que habían llegado hasta ahí.

Lejos,muy lejos.El viaje había sido tan largo que nadie se creería que habían superado tal infinidad de obstáculos.

Y ella miraba hacia él con orgullo infinito.Con agradecimiento,admiración y con amor.Sin él,nada de eso estaría sucediendo,y era consciente de que jamás se lo podría pagar.En esa clase de momentos era en los que recordaba como le habia conocido,como habían peleado espada con espada,y como ambos había desarrollado la historia de amor más impresionante de todas.

Ni la muerte había podido con lo que los unía.Quería creer que siempre sería así.Que se habían encontrado y ese amor del que se sentía tan inmensamente feliz estaba intacto en el corazón de ese escuálido adolescente.

Pero,a pesar de la confianza infinita que ponía en ello,algo no la dejaba disfrutar de ese sentimiento de paz.

Ahora,la subcomandante de la hermandad de la sangre ya no estaba.No volvería jamás.solo era ella.Asuna Yuuki,una tímida adolescente de clase alta que se escondía tras la seguridad de su hogar para evitar ser lastimada.La fuerza de la que siempre había podido presumir había desaparecido junto con su avatar.

Sin embargo,el Espadachín Negro seguía ahí.Estaba sentado a solo unos pasos de ella,con una sonrisa avergonzada rodeado de sus buenos amigoos.

Él no había cambiado.Era igual de fuerte y valiente.Aún cuando todo había cambiado,él seguía siendo el mismo,mientras que ella,lamentablemente,había perdido su poder combativo para convertirse en una princesa cautiva que no supo valerse de su propio poder.

Ahora¿que podía destacar de ella?Kirito siempre había elogiado su fuerza,su agilidad,su precisión con el estoque,pero eso ya no era así.Ella ya no era así,y por mucho que lo deseara,aquel poder era falso,ella era falsa,una simple apariencia de lo que en realidad era.

Débil.

Se miró sobre el reflejo de la bebida.Allí estaba,una estudiante.Ya no veía a la fuerte Asuna,El Destello Veloz.

--¿Asuna?--la voz de Rika la volvió a sobresaltar en el preciso instante en el que cortaba una rodaja del pastel casero que una de las invitadas había traído.

El cuchillo se deslizó ante el susto,arañando su pálida piel y dejando una linea fina y roja sobre su dedo índice.

--Auch..--se quejó mientras soltaba el cuchillo y este,después de caer de manera equivocada sobre la mesa,impactaba sobre el suelo haciendo un sonido metálico que resonó en la habitación.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2017 ⏰

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