Recién el sol se ocultaba Richard acostumbraba responder una incógnita que justificará su irrelevante existencia. Ese día como de costumbre llego a casa, arrojó su pesado maletín y se dirigió a su cuarto situado en el segundo piso. Mientras se encaminaba a su "refugio", una pregunta daba vueltas en su cabeza, probablemente esa era la pregunta que más miedo le daba responder, la causante de tantos insomnios y malestares, la incógnita que más le interesaba resolver, aquella pregunta que su padre no pudo contestar después de disparar su revólver. Rick sabía que esa pregunta sólo podía contestarse usando a una persona como prueba, un sujeto capaz de dar la vida en aras del conocimiento.
Él mismo.Ya estaba decidido, los preparativos estaban hechos, había logrado conseguir munición y en sus manos sostenía el arma que puso fin a la vida de "Dean", su padre, y ahora esa misma arma, pondría fin a la suya.
Mientras esperaba que el reloj marcará la hora del deceso, Rick se sentía ansioso, temeroso y extrañamente feliz, por lo que tomo una amarillenta hoja de papel, se sentó y escribió:Exactamente hoy hace 15 años mi padre obsesionado con saber que había más allá de la muerte, se dispusó a arriesgarlo todo. A pesar de tener un hijo de 10 años y una carrera impecable como periodista, el sólo se interesaba en responder preguntas. No importaba cual pregunta fuera, estaba dispuesto a poner todo de sí mismo para encontrar la verdad.
En lo personal siempre me pareció absurdo buscar la verdad. La verdad no es algo que esta esperando que la encuentres, la verdad es cambiante, variante, difusa. ¿Porqué obsesionarse en buscar algo que no puedes encontrar? Bueno, ahora que lo pienso mi padre, era esa clase de persona que veía posible lo imposible, cargaba con un absurdo optimismo, como si eso pudiera haber causado alguna diferencia. Como si eso pudiera haberlo ayudado a proseguir y encontrar la verdad. Sin morir.
Aún recuerdo aquella noche, era un día lluvioso y durante la cena Papá había mencionado que ese día resolvería la más grande incógnita de la humanidad. Y aunque yo estaba emocionado por que mi padre pudiera resolver algo tan maravilloso y complejo, en realidad no tenía la edad suficiente para comprender la magnitud del problema.
Recuerdo que después de cenar, tomó mi mano con fuerza y nos dirigimos al segundo piso, dijo que ese era el mejor lugar para presenciar su hazaña. Me dijo que mirará con atención, sus ojos se tornaban rojizos y observé como lloraba, tomo mi hombro y me dijo que no tuviera miedo, no era momento de tener miedo, ese sería el más grande descubrimiento de la humanidad ¿porque entristecerse por ello?
Luego de limpiar sus lágrimas, papá colocó el arma en su cabeza, me miró por última vez y finalmente, disparó.
Su cuerpo quedó postrado en el piso, y yo solo esperaba. Esperé durante horas mientras veía fijamente su cádaver, esperé que me dijera la respuesta, que me respondiera si había algo después de la muerte, esperé que se levantará, esperé y esperé.
Y ahora después de muchos años me toca a mi encontrar la respuesta, quiero saber si ¿hay algo después de la muerte? Y quiero saberlo ahora.
Ya he preparado todo, y justo en estos momentos ha comenzado a llover.
He limpiado mis lágrimas tal como lo hizo papá, nada puede salir mal, es hora de resolver lo que padre no pudo.Es hora de morir.
Una vez que Rick terminó de escribir, se levantó, coloco el arma en su cabeza y disparó...
Fue en ese preciso momento que el optimismo y la obsesión de Dean se esfumaron, ahora veía a su hijo pequeño quieto y observando, mirando como su padre estaba a punto de suicidarse.
Justo antes de presionar el gatillo Dean tuvo un trance y presenció algo que lo aterrorizó: el suicidio de su hijo. En ese momento se dio cuenta de que su obsesión, su optimismo y sus anhelos, no solamente lo condenaron a él, también a su pequeño hijo Rick.
Mientras Dean observaba a su hijo, el proyectil atravesó su cráneo, cegando sus conocimientos, sus esperanzas y apagando su vida, condenando a su hijo a una muerte inminente.
Todo ello en aras del conocimiento.