Capitulo único

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Hakai tekina jōnetsu






- ¡Cuéntame una leyenda Kagami!-Murmuro el moreno desde el suelo, mirando al techo de la habitación del departamento de su rival. Había decidido pasar ahí la noche gracias a que por su distracción mientras jugaban basket, termino por perder el tren a casa. Y como el chico de cejas partidas era tan amable, no dudo en prestarle su cama, bueno, aunque puede que el fuese el que insistió en quedarse esa noche. Ahora estaban recostados, esperando a que les llegara el sueño.



- ¡Hey, agrega el senpai! -Aomine rodó los ojos, solo era unos días mayor y ya se creía la gran cosa.



-Mejor de una vez te digo Oji-san si quieres-Le saco la lengua, mientras que el otro fruncía sus cejas con evidente disgusto, wow, si que era demasiado expresivo.



-Mocoso malcriado-Escucho refunfuñar al pelirrojo, que luego se calló y se quedó pensando.



-¿Y me contaras una leyenda o no?-Finalmente el chico le miro a los ojos, con un brillo melancólico impregnado en sus irises.



-Bueno, si tanto insistes-Se reincorporaron ambos, el moreno para no terminar dormido, mientras que Kagami lo hacía para concentrarse mejor relatando la historia. Aomine tiro de el y le paso un brazo por los hombros, mientras sonreía con alegría.



-¡Eres el mejor! ¿Y que me contaras ahora?-Kagami le sonrió, enigmático, para luego voltear hacia la ventana de su habitación, por donde se colaba la luz de la luna. Soltó un suspiro, para luego voltear de nuevo hacia su dirección.



-La historia de una pasión destructiva, todo inicio un tempestuoso día, cuando el dios de la guerra bajo del cielo...






...






Había descendido unos momentos, harto de los reclamos de su esposa, la cual no dejaba de molestar con sus intrigas y situaciones incomodas, odiaba su actitud, pero no podía simplemente dejarla. Era una unión divina y por equilibrio, si la dejaba probablemente se armaría una batalla en el cielo, por lo que no le quedo de otra que huir de ella y sus berrinches.




Tomo su imagen humana, la cual representaba a un despeinado chico de cabellos y ojos rojizos como el color de la sangre. Fue desde la montaña al templo que le construyeron en un pueblo cercano. Se quedo tranquilamente sentado, recargado en una de las columnas de la construcción, viendo pasar el día con tranquilidad, hasta que pudo captar como un nekomata entraba al recinto, el chico parecía ser una pantera por el aura a su alrededor. Además de que los rasgos felinos y su andar lo delataban. Poseía una hermosa piel morena, así como unos ojos ligeramente rasgados de color azul brillante. Quedo impresionado por su belleza, por lo que no pudo evitar salir de su lugar de descanso, hasta su encuentro.

Hakai tekina jonetsuWhere stories live. Discover now