Annie

La cita

Mientas abro la gigantesca puerta transparente, siento que mis nervios se disparan al cien por ciento. Me acerco a la recepción para preguntar donde tendría mi cita, la mujer me da una sonrisa y me indica el camino. 

Desde hace meses Sergio y yo hemos estado intentando tener hijos sin obtener resultados, es por eso que hoy estoy en el hospital para ver a una ginecóloga que me ha recomendado mi hermana.

Escuche una voz femenina decir mi nombre repetidas veces, me dedique a seguirla, al llegar al lugar de donde provenía mi llamado, me encontré con una mujer en uniforme que me miraba con lastima fingida.

-Annie Beckham? -asentí- lo lamento mucho pero la doctora Lauren tuvo que salir de emergencia hace unos minutos por inconvenientes personales, por lo que su cita fue cancelada.

- ¿Qué? saque esta cita hace tres meses, no la pueden cancelar justo ahora.

-Oh! Entonces deme un minuto, trataré de re-programarla con otro medico disponible

Volví derrotada a la sala de espera deseando que me pudieran atender. Después de varios minutos vi a la misma mujer venir en mi dirección.

- El doctor del consultorio 15 estará disponible para atenderla en un momento.

Le di las gracias y volví a mi silla. Mientras esperaba le envié un mensaje a Sergio diciéndole que pronto me atenderían, aunque no me contestó enseguida, debía estar muy ocupado en su trabajo. En cuanto despegue mi vista del móvil vi a una persona salir del consultorio 15, supe que era mi turno así que me encamine hacia allá.

Al entrar vi a un hombre con un poco más de 20 años, su cabello era negro y muy brillante, me dio la bienvenida sin levantar la mirada de su teclado.

- Buenas tardes, soy el doctor Carson, ¿cual es su nombre?

- Soy Annie Beckham -estaba tan nerviosa que las baldosas se veían realmente interesantes en estos momentos- tenia una cita con la doctora Lauren, pero fue cancelada y me dijeron que usted podría atenderme.

No obtuve respuesta. Intrigada mire al hombre quien me observaba como si hubiera salido una segunda cabeza. Al instante que sus ojos encontraron los míos, sentí como los recuerdos de su mirada me golpeaban fuertemente.

Todo lo demás de pronto ya no existía, eramos sólo el doctor y yo en la habitación como alguna vez estuvimos años atrás.