Pasamos una semana de pura joda, alcohol y porros con Madison en Córdoba pero ya estamos de nuevo en nuestro sitio de origen, Palermo.El celular de la pelirroja no ha dejado de vibrar en todo el camino y me está desquiciando ya, más que ella se haga la indiferente y bloquee para no contestar. ¿Quién podrá ser...? ¿Sam quizás...? No imposible.
-Nena, tengo que ir a ver a mi hermano ahora... - exclamo desde el baño arreglando un poco el nido de pájaros que tengo de cabello.
-¿Me estás echando? ¿O me puedo quedar? - farfulla apareciendo en la abertura de la puerta.
-Te digo para que te quedes pero veas que vas a cenar... Ya es tarde y Fabrizio debe querer hablar conmigo - gruño revoleando los ojos sabiendo qué es lo que seguramente va a soltar esa boquita de rockero - te dejo plata y te compras una pizza o lo que quieras comer, linda.
-¿En serio? ¿Seguro no te molesta que me quede?
-Nunca... Y supongo que no debes tener mucho a dónde ir ahora, así que ni te hagas problema - digo agarrando las llaves del auto - ya vamos a acomodar esta pocilga para que también puedas tener tus cosas.
Me besa con ternura los labios mientras sus brazos me la envuelven cintura. Me encantan esos gestos desinteresados provenientes de ella.
***
-En serio, Kaden, perdón por decirte cosas cuando Alex estaba en tu casa... - susurra Fabrizio mientras abre la lata de cerveza y le da un sorbo.
-Se preocupa por vos y por Karla, es entendible - anuncio imitando su acción además de darle una calada al cigarrillo.
-Es que a veces me da miedo eso, hermano - suelta con la mirada perdida en el grupo que está tocando en el escenario del bar en el que nos encontramos.
-¿Te da miedo ella? Bueno, es un poco loca pero no de las que dan miedo.
-No, idiota - lanza una carcajada antes de continuar - es segura y decidida, lo opuesto a mí. Sabe qué y cómo lo quiere y da miedo ver que puede asumir sus sentimientos sin tener que ocultarlos de alguna forma... Me hace amarla aún mucho más eso pero no puedo simplemente admitirlo...
-El maldito amor que tanto miedo da, dijo una vez el Indio Solari - recito exhalando el humo por la nariz - si no sientieras eso, ahí sí sería para miedo. Son las únicas dos cosas que te convierten en un humano, miedo y amor... Lo demás se ha ido construyendo a base de eso. Y creo que Alex es una increíble mujer como para que la dejes ir por miedo... Sería algo muy estúpido.
-Algo nuevo viniendo de vos - música mi hermano mientras niega con una sonrisa plasmada.
-Tuvimos una charla de este mismo tema con Madison...
-Esa piba da vuelta todo tu mundo, pensé que nunca nadie lo iba a hacer - sentencia observándome muy a fondo a los ojos, tratando de descifrar algún tipo de contraseña que puede haber en mi interior.
Mi celular vibra dentro del bolsillo de la campera y contempló el nombre de Luna. He estado evitado todo tipo de contacto con ella pero ya está demasiado pesada y eso me está sacando la poca paciencia que poseo. Lo peor es que no me dio idea de qué trama ni qué pretende porque estoy seguro que algo se traen entre manos.
***
Mi departamento está en completo y absoluto silencio. Solamente está la pequeña lámpara de al lado del sofá que está encendida y un para de colchas esparcidas... Seguramente Madison ha estado viendo televisión acostada y ahora creo que de encuentra en el baño por los ruidos que hay además de que de filtra la luz blanquecina por debajo de la puerta.
Me dirijo hacia la cama para sacarme los borcegos que me están calcinando los pies y me cambio la ropa por algo menos de salida. No consigo dar con el porro que había dejado sobre la mesa de luz, ya que me encuento a oscuras y enciendo el velador.
¡Esto tiene que ser una joda! Mi chica está plácidamente durmiendo como una pequeña cerdita. Pero... ¿Entonces el baño...? Me aproximo con cautela hasta ahí y apenas si abro la puerta para conseguir visualizar la cabellera oscura de Luba.
-¿¡Se puede saber cómo carajo entraste acá!? - susurro arrinconándola contra la mesa del lavabo y con el peor malhumor que me puede dar un momento así. Esboza una sonrisa de satisfacción mientras pasea sus manos por mi abdomen.
-Es obviamente que me hice una copia de tu llave, Ka - musita acercando su rostro a mi mejilla para suspirarme sobre la piel. Cada una más loca que la anterior me encuentro siempre... No sólo quiere ser única en mi vida sino que también invade mi privacidad más ahora que está incluida Madi acá.
-Damela y andá volando ya, no te quiero ni ver - gruño con desdén mientras me la sacó de encima - ¡ahora!
-Sería una lástima que se despertara y nos encontrara así cuando no me conoce y tampoco le contaste de mí - pronuncia regodeándose a la vez que toma asiento y se enciende un cigarrillo. Los ojos prácticamente se me rasgan si es que no se están cayendo de sus cuencos ya... No justamente ahora que la tengo conmigo y no necesito más que eso.
-¿¡Qué querés!? - protesto de mala gana bufando. Me cruzó de brazos ganando una actitud amenazadora pero sé cómo va a querer terminar con esto... Mujeres...
-Una salida y algo más - murmura guiñando el ojo dándome a entender todo. Contempló sus rasgos que están excitados por haber encontrado mi punto débil y me lleno de absoluta bronca - el viernes.
-Está bien, volá de acá - sentenció reacio y me besa la mejilla para después pasar el umbral de la puerta y detenerse unos segundos.
-Recordá que es en dos días... Sino chau a tu bonita relación o lo que sea.
Me quedó observando la pared por incontables minutos sintiendo como la rabia se apodera de mi cuerpo. En tiempos así, uno se da cuenta que a las demás personas les molesta que a los otros les esté yendo bien mínimamente en algo...
Hago arder el porro que por fin lo he encontrado y me deslizó dentro de la cama. La tibieza del cuerpo de la pelirroja me conduce a una muy dulce sensación y sonrío a la nada como un idiota...
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Nocivo engaño
ChickLit¿Continuar? Sí claro, eso es lo que siempre he hecho y el que se quedó atrás, ese es su lugar. ¿Frenar mi camino por alguien? No, nunca. Que frenen ellos por mí si es necesario pero tengo suficiente conmigo. ¿Estoy haciendo caso a lo que digo antes...