Tara/Iona

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Tara:

Desprecias la suciedad, pero sabes que es necesario mancharse si quieres pulcritud.  O por lo menos, eso es lo que me has dicho.

Te ensucias creyendo que tu fin es alcanzar la limpieza, pero ambas sabemos que lo que te hace ser cada día, es el acto y no el fin. Esa sensación absoluta, que te colma el alma, en donde por tu voluntad un lugar que era indecente ahora es cristalino.

 Con cada paso que das hacia tu utópica perfección,  te vas acercando a la comedia más negra que en tu vida hayas escuchado y en la cual eres la protagonista y el villano, el héroe y la victima. Así es gran Iona, vives para acabar lo que te hace vivir.

Y me pregunto si cuando esto suceda, cuando tu existencia caiga al abismo del sin sentido ¿me liberaras? ¿Recobrare mi libertad perdida?

¿Porque te has afanado por preservar una tarea que debió de ser fugas? Si yo construí esta celda y te entregué la llave para que me protegieras del peligro y de la muerte, ¿Por qué ahora que se ha ido la amenaza persistes en custodiar mi vida a pesar de mi misma?

Iona:

Recuerdo cuando te encontré: exhausta, herida, perdida… moribunda. Tus ojos casi sin brillo me miraron de tal manera, que fue como nacer, como si mi existencia iniciara justo en ese momento, solo por el reconocimiento de tu mirar. Tus labios marchitos se abrieron y las suplicas de ayuda grabaron el propósito de mi vida: Protegerte.

Sé que la amenaza de aquella noche se fue hace ya un par de años. En aquel entonces  acordamos que por tu bien, mantenerte encerrada y oculta en esa pequeña fortaleza que construiste, sería lo mejor.  Te daría tiempo para recuperarte y hacerte fuerte.

Aun eres pequeña y tu inocencia no te deja ver a los demonios que se ocultan frente a ti. Crees que el peligro ha pasado, pero yo cada día sufro heridas y castigos a su razón.

Yo que estoy afuera y te conozco, veo lo que el mundo sería capaz de hacerte, en cualquier hora, en cualquier momento y no veo como tú, pequeña Tara, podrías salir avante.

Si es verdad lo que dices, y me encamino sin remedio a mi propio fin, estaré feliz y satisfecha, con el mundo que dejare a mis espaldas para ti. Serás más fuerte, precavida e inteligente. La suciedad que ahora nos rodea, no será capaz de alcanzarte y de ser así, será incapaz de lastimarte. ¿Cómo podría?  Si somos la misma persona.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2014 ⏰

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