Las azoteas altas, el sonido de las explosiones a lo lejos. Me niego a creer que estoy en el último resquicio de la humanidad. Una biblioteca, como pude caer aquí. Se nos advirtió dejar el planeta, ¿pero cómo?, no teníamos los recursos, ni la tecnología para hacer una evacuación a una escala masiva y ellos no nos la iban a proveer.
Es increíble, como siempre la humanidad soñó con contactar a seres de una civilización alienígena. Siempre pensamos que serían como esos seres de cabeza grande y cuerpo pequeño, que solo buscaban paz y aumentar los conocimientos del universo. Esto fue la motivación primaria para continuar con nuestra búsqueda, sin saber que estábamos mejor solos y perdidos en nuestro planeta.
Cuando por fin después de décadas de búsqueda infructuosa, recibimos la señal, sabíamos que esto cambiaria para siempre a la humanidad, mas no sabíamos que sería el comienzo del fin. En efecto, no esperábamos nada de lo que encontramos.
En su primer contacto interrumpieron las transmisiones universales, mandando su mensaje a todo humano conectado a una pantalla o a una bocina, demás está decir que prácticamente toda persona en este mundo recibió el recado, su mensaje a pesar de estar en un idioma prácticamente irreconocible, era más claro que muchos discursos alguna vez dichos por alguien importante: evacuar la tierra o morir.
Siempre escuche hablar de ovnis, abducciones, secuestros, el área 51; el gobierno finalmente tuvo que admitir públicamente que todo era su obra. La gente, ante esto, no tardo en perder confianza en el gobierno y más aún, se empezaron a alzar en contra de este, fue entonces cuando las cosas se fueron abajo. Los gobiernos se vieron forzados a tomar medidas drásticas, como si no fuera suficiente tener que lidiar con una amenaza de otro mundo. Países menores como Ucrania, Singapur, Ghana, fueron los primeros en ceder ante la histeria de las masas. Aun no habíamos ni visto a estos seres de frente y ya la humanidad empezaba a ceder. En el momento del segundo contacto, una gran nave, de proporciones jamás vistas se alzó en el cielo de Londres, hasta el más grande de los portaaviones, era una nuez en comparación de esta embarcación flotante. La nave en cuestión era de forma piramidal, con la punta mirando hacia abajo, de un color azul cobalto, no se le notaba algún sistema que le ayudara a mantenerse en flote, de una superficie lisa, uniforme. Nadie vio como llego siquiera, no hizo ningún ruido, solo de un momento a otro, algo gigante tapaba el sol. La gente huyo asustada viendo su fin, pero no hizo nada. Solo flotar ante el asombro de la gente. Como pudo el gobierno logro contener a la muchedumbre exasperada por huir, dando por sentado que su muerte era un hecho ineludible. Pasaron los meses, no había ningún movimiento, se especuló que al parecer era una falsa amenaza, después de todo, no había ningún riesgo, las personas fueron recuperando poco a poco su vida de antes, incluso llego un punto donde la nave se convirtió en un espectáculo turístico, la gente empezó a bromear de la supuesta amenaza. Fue el último gran error de la civilización como tal.
Un día cualquiera después de mucho tiempo de aparente seguridad, esa cosa se abrió. La punta se separó y de una luz azul muy intensa empezó a bajar algo. Lo que siguió solo es posible describirse como un sueño; descendieron de la nave, una especie de soldados, todos vistiendo una armadura color cobre de una sola pieza, no era posible que fueran seres vivos, una sincronización perfecta, no tenían armas visibles, o al menos es lo que parecía. Y al igual que su nave, se quedaron quietas tan pronto ocupaban su lugar seleccionado. Las personas al haber estado tanto tiempo acostumbrada a la nave, pensaron que sería lo mismo, solo otra atracción más para la ciudad. No habían dañado a un ser vivo, al menos no lo habían hecho de momento, la gente se acercó curiosa, con una fascinación enferma y mórbida, los policías de Londres no pudieron detener a la población, venían en grupos muy grandes. El gobierno de Inglaterra, aprovecho la oportunidad para enriquecerse aún más, sin embargo Estados Unidos estaba consciente del verdadero peligro que significaría, por esto, tuvo que verse obligado a romper relaciones con el reino inglés, y los vuelos se suspendieron. Otros países hicieron lo mismo, parecía que solo Inglaterra no veía el verdadero peligro que tenía en su territorio.
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Las azoteas altas
Science FictionCon sus ultimas fuerzas, nuestro protagonista nos narra como la humanidad fue puesta al borde del abismo ante una especie desconocida.