Cafeterías

Cafés

    Habían pasado sólo unos días del regreso de la vacación de invierno cuando fuimos con un grupo del colegio de la excursión, de la cual parte de varias instituciones más. Fue allí cuando la vi y supe que algo había pasado dentro del mío.   

     Era una niña como las demás, bajada de pelo castaño, largo y ondulado, de piel blanca cual porcelana y con pecas, que formaban una constelación en su bello rostro, y con una sonrisa divina, de esas que al verlas te hacen sonreír también , en fin, era Preciosa, así como el resto de su grupo, pero, tenía una cosa, una sola cosa, que para mí, la volvía distinta al resto. 

    Poseía unos ojos bellísimos, color café,a diferencia de las demás niñas de su grupo, que los tenían  verdes o azules. 

     En aquellos ojos, con los que supe encontrar la mirada entre la multitud en mas de una oportunidad ese día, pude ver, ver más allá de lo que siempre vi, pude sentirla, sentir que habíamos conectado, tal vez y solo tal vez sea verdad que existe eso del amor a primera vista y de que los ojos son las ventanas del alma, ya que desde ese día no hay podido olvidarla, tal vez porque en ese momento en que tuve la gracia de poder tenerla frente a frente pude admirarlos mucho mejor , Su mirada penetraba en mi cual flecha, permitiéndome ver en ellos una profundidad de la que no se puede escapar, ni quería hacerlo, esos ojos cafés era aquel lugar cálido y tranquilo, donde se encuentra la paz, donde a más de uno le gustaría estar.