Entre recuerdos ❀ KaiSoo

Y vuelves~

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A su edad, KyungSoo no espera que alguien comprenda lo que se siente que el corazón se le vaya apagando lentamente.

No es como si estuviera realmente enfermo, sabe que solo existe una cura para lo que lleva en el corazón, es un nombre que se susurra en sus oídos por las noches, que lo hace soltar suspiros llenos de nostalgia y derramar unas cuantas lágrimas que a final de cuentas no puede contener.

El corazón se le oprime mientras se repite a sí mismo que no pasa nada, que todo está bien y que mañana será seguramente un día mejor.

KyungSoo duerme envuelto en sábanas que le arropen del frío, con un sweater viejo y con unos cuantos agujeros que ha perdido el aroma de la persona a la que pertenecía, y siempre se ve al espejo antes de dormir para recordarse que otro día ha terminado y que la espera con cada uno de ellos, es menor.

Y es que lo extraña, lo extraña tanto que siente que podría dejar de respirar en cualquier momento, porque su recuerdo que evoca en cada uno de sus pensamientos nocturnos parece irse desvaneciendo con el paso de los días, con el paso de los meses.

Siente cómo se le oprime el pecho esa noche, cuando llega de trabajar sin demasiados ánimos como para llegar a preparar algo para cenar. Sin embargo, siempre tiene las fuerzas necesarias para sonreírle a sus preciosos cachorritos y alimentarlos, para llevarlos a un rápido paseo nocturno antes de regresar y encerrarse por completo, entregándose a la noche que amenaza con hacerlo agonizar como siempre.

El recuerdo de JongIn, su novio, sigue presente e incluso siente que es absurdo hasta cierto punto, porque sabe de antemano que JongIn también lidió con la soledad antes y que aunque sufrió igual que él, estuvo bien una vez que lo tuvo entre sus brazos.

El calendario le recuerda que los días mueren, es su única fuente de esperanza que le anima cada que los días, las semanas y los meses van pasando, haciendo cuenta regresiva para que la soledad se marche de su vida para siempre.

Para siempre suena a simplemente demasiado y sin embargo, KyungSoo sabe que nunca tendría suficiente de JongIn.

Añora cada uno de sus besos sobre sus labios, las caricias de sus dedos sobre su piel que recorría sin mesura, las miradas cómplices que se daban cuando salían a la calle y la manera en que JongIn siempre lo tomaba de la mano para caminar a su lado pese a que hubiese personas mirando.

A KyungSoo le falta sentir a JongIn en su cama, y se abraza a la almohada para no tener que pensar en que no hay nadie con él. Que el moreno no está y que su corazón comience a sangrar porque lo extraña demasiado.

Ojalá el tiempo pasara tan rápido que amaneciera con él entre sus brazos, pero JongIn no está, se ha ido y a él le toca esperarlo esta vez, le toca ser lo suficientemente fuerte por los dos, sosteniendo su casa, su trabajo y su vida que pareciera aletargarse por su ausencia.

JongIn lo es todo, es el brillo de sus mañanas, el perfume que lo embriaga y lo hace sentir flotando entre las nubes, su existencia está ligada a la suya por el destino mismo y por lo mismo, porque siempre han estado juntos es que no puede terminar de acostumbrarse a la distancia.

KyungSoo observa esa noche las ojeras bajo sus ojos, y chasquea la lengua mientras niega en un gesto porque sabe que no debería sentirse de esa manera. Que si JongIn lo observara se sentiría triste, y KyungSoo lo que menos necesita es que el moreno se sienta mal a su causa.