Capítulo 10

17 3 5
                                    

Madre mía, las vueltas que da la vida... Hace un mes era un chaval normal y corriente, soltero y sin preocupaciones, de vacaciones. ¿Y ahora? Ahora soy un Drakon que esta saliendo con la chica de la que llevo enamorado años y  que se pasa el día pensando en cosas de dragones, exámenes, compañeros, en si puede ser que un día me descontrole y mate a todos... Me hubiese gustado pasarme toda la noche pensando en eso, de hecho es lo que iba a hacer, reflexionar, pero parece que mí padre tenia otros planes.

-Hey, ¡tu! -dijo entrando por mi ventana.

-¿Papá? ¿Qué haces?

-¿Recuerdas que te dije que un día de estos tendrías que empezar a entrenarte para poder entrar en el grupo de Drakons y así formarte mejor?

-Eh... Sí.

-¿Todavía no atas cabos?

-Ah, osea que hoy es ese día...

-Bingo. Vístete que nos vamos ya.

-Ok, un momento... -dije mientras me empezaba a vestir.

En cuestión de unos 10 minutos el y yo estábamos saliendo por mi ventana en dirección a la Roca Dragón.

-Bien, todo empieza hoy -dijo mi padre mientras llegábamos a la roca.

-Así que entrenamiento de dragones eh... ¿Que me harás hacer? ¿Calcinar muñecos? ¿Sobrevolar la zona? ¿Convertirme totalmente?

-No, bueno, al menos hoy no -mi padre era un experto en desilusionarme.

-Oh... ¿Bueno y que vamos a hacer?

-Meditar -dijo mientras se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas.

-¿Vas... Vas enserio?

-Siéntate.

-¿Enser-? Déjalo -dije mientras me sentaba. Él era el que sabia de esto, así que si me dice que tengo que meditar será por algo.

-Verás, la meditación tiene muchas funciones para los humanos, pero para ti, un Drakon, tiene una función especial.

-¿Me ayudara a acabar la transformación?

-Más o menos. Lo que os hace la meditación a vosotros los Drakons es ayudaros a unir vuestro cuerpo de dragón y vuestro cuerpo humano -dijo mientras dibujaba dos stickmans en la arena: uno normal y uno con algún tipo de pinchos por los brazos y piernas, luego los unió con un círculo que según el representaba el dragón en sí y la capacidad de controlarlo.

-Osea, que no es que sea medio dragón, ¿sino que tengo un dragón dentro? -pregunté para recibir un largo suspiro.

-Tú solo respira hondo y concéntrate en el dibujo.

-¿En que parte del dibujo? -sí, me encanta sacarle de sus casillas.

-En todo el dibujo en si, en el concepto que representa.

-Ah guay.

-Ahora despeja la mente de todo pensamiento que no sea el concepto del dibujo.

-Ya, para ti es fácil... Pero para mi es imposible dejar la mente en blanco, y lo he intentado muchas veces.

-Eso es porque piensas demasiado. Solo concéntrate en el dibujo y imagínate que es una manta que cubre todos tus otros pensamientos, que son cajas.

-¿Y lo que hay que no puede tapar la manta?

-Que sea un vacío blanco.

-Ok.

Meditar no se me daba muy bien, pero imaginar sí. Me pasaba el día haciéndolo... Convertí mis pensamientos en cajas y los tapé con la manta que tenia el dibujo de mi padre en la arena.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 18, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Llamas cruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora