- ¿Hyung? - escuche esa vocecita chillona. - Se que estás despierto, puedo ver cómo sonríes.
Me removí en la cama hasta quedar mirando al techo. Jimin rió y segundos después estaba sentado en mi cama.
- ¿Que haces tan temprano aquí, Jiminie? - le pregunte, un bostezo salió de mí y pase mis manos por mis ojos para tratar de despertar un poco más.
- ¡Son las Díez de la mañana, hyung! - río de nuevo. Sin querer sonreí también.
- Es temprano para ser un día sábado. ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en la pastelería? Deberías ser un buen dongsaeng y dejarme dormir, por lo menos hasta las dos de la tarde.
- Yah~ hyung, no seas tan flojo. - hizo un puchero. Quise acercarme y apretar sus cachetitos.
- Aún no me respondes, mochi. - tomé su mano y empecé a jugar con sus deditos. Eran bastante pequeños y gorditos a comparación con los míos.
- Taemin hyung me invitó a su casa. - deje de jugar con su mano y lo mire atento.
- ¿Para que? ¿Tú crees que se va a confesar?
- No lo sé, hyung. Desde que me dijiste que le gustaba siento que en cualquier momento me lo va a decir y no quiero eso. No quiero herir a Taemin hyung.
Ni quiiri hirir i timin hying.
Rodee los ojos con fastidio. Hace tiempo venía escuchando el nombre de Taemin, supe que le gustaba Jimin desde el momento en que vi que posaba sus ojos en mi pequeño mochi.
- Debes herirlo. Así le rompes la ilusión.
- No vine aquí para que me des consejos de amor, hyung. Como te dije, Taemin hyung me invitó a su casa y temo que intenté hacer algo, es por eso que pensé en que me acompañaras a su casa. Contigo presente dudo que quiera hacer algo.
Claramente no va a hacer nada, si cada vez que siquiera miraba a Jimin, yo me ponia en modo posesivo y acaparaba toda la atencion de Jimin.
- Está bien, Jimin. Iré contigo. - suspire resignado, pero en el fondo me alegraba saber que Jimin no estaría solo con el pejelagarto ese. - Ahora deja dormir a hyung. - cerré los ojos.
- Está bien. - sentí que se levantó de la cama. - ¿Dónde está mi pijama?
- Debe estar por ahí atrás. Buscan bien, Jiminnie. La última vez apareció en los cajones de mi ropa interior.
- ¡Lo encontré! - gritó. Segundos después todo fue silencio y a continuación, Jimin intentaba correrme.
Me corrí un poco. Jimin sabía que no iba a hacer más y él tendría que arreglárselas en el pequeño lugar que le deje. Siempre era así.
Jimin pasó sus brazos por mi torso y colgó una de sus piernas a mi cintura. Me corrí un poco más, el se acomodo mejor y dejo su cara justo en la curva de mi cuello.
- Me gusta como hueles, hyung. - pasó su nariz por mi mandíbula.
- A mí me gustas tú. - le dije. Intuí que se sonrojó por qué se escondió rápidamente en mi cuello.
Ese comentario era normal entre nosotros. Desde el primer día que pise la pastelería y vi a Jimin sabía que había quedado completamente hipnotizado con su belleza y ternura, pero luego cuando comenzamos a hablar, Jimin se coló completamente en mi corazón y se lo había confesado hace tiempo, no me acepto, pero tampoco me rechazó. O algo así. Así que cada vez que podía, trataba de robarle algún beso.
- Odio que lo digas tan de repente. - salió de su escondite para mirarme con el ceño fruncido.
- Sigo creyendo que algún día me vas a responder "también me gustas, hyung"- imite su voz.
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Jealousy ; O.S Yoonmin
Ficção Adolescente- Te quiero, Jimin.- murmuré, mientras el se acercaba y juntaba nuestras frentes. - Te quiero, Yoongi.