Hanahaki Naruto

Deja este mundo...

Los hermosos pétalos de los cerezos son arrastrados por el viento. Llevándolos a lugares inciertos, como el destino hace con la vida. El viento sopla con rudeza, amenazando a cualquier cosa pequeña y de poco peso. Las rosas y otras flores pierden de poco a poco sus pétalos, mas por el viento que por la llegada del otoño. Los pétalos en el aire dan un espectáculo puramente romántico, las jóvenes y viejas parejas de la aldea se juntan en el parque para ver tal majestuosa obra de la naturaleza.

Uno de los muchos pétalos de cerezos que son llevados por el aire aterriza en la pierna de una niña que miraba el cielo. Ella toma el pétalo en sus pequeñas manitas, percatándose de que este esta pegajoso.Mueve sus dedos un poco y ve tiene pequeñas manchas de un liquido rojo. Sangre. Mira al pétalo y ve el mismo liquido rojo en el.

─ ¡Mama!. El pétalo esta sangrando ─ Una mujer de rojos cabellos rizados llega y mira a la niña, esta le entrega el pétalo y la mujer lo ve.

─ No esta sangrando amor, alguien esta sufriendo hanahaki ─ Musita con dulce voz.

─ ¿Que es es?.

─ Es una enfermedad del amor no correspondido. Vomitas o escupes pétalos de flores asta que estos te consuman. Es una horrible enfermedad.

La mujer lleva su vista a la roca de los hokages. Llevando mas su atención al rostro del hokage Uzumaki Naruto. Muy pocos saben que, detrás de su monumento, ahí un árbol de cerezos que el mismo planto. No se le permite la entrada a nadie, ni siquiera a su propia familia. Solo hay una persona ademas de el que puede entrar. Sakura Uchiha.

El pétalo de cerezo se eleva lejos de la mano de la madre y es llevado adentro de la aldea. Cargado de promesas rotas y sentimientos vacíos. El viento, caprichoso y vengativo lleva al pétalo asta los pies de una mujer. Cae encima de una pila de pétalos de cerezos manchadas de sangre. Una extraña combinación de rojo y rosa adornaban el suelo cerca de la mujer.

La mujer de rosados cabellos y bellos ojos jade llora, ahogándose en su propia culpa y dolor. Ella sabe de donde vienen, ella sabe su significado, ella lo sabe.

Lleva sus manos a su pecho y con una quebrada voz, grita el nombre de la causa de su dolor.

─ ¡NARUTO!.

Las lagrimas inundan sus ojos y cara. El nudo en su garganta crece y le evita tragar su saliva con facilidad. Ella siente que el corazón le va a estallar.

Duele, duele, duele mucho.

─ ¡NARUTO! ─ Grita de nuevo. Ella siente que si grita mas fuerte ese dolor se ira. Desea creer que se ira, pero no, solo se hace mas grande. El estomago se le achica, es tan intenso su pesar que su propio cuerpo desea desaparecer.

─ Naruto...─ Finalmente el ardor en su garganta la hace callar. Pronuncia ese nombre tan extraño en un ligero susurro. Aquel nombre que una vez le fue tan familiar, que le llenaba de alegría y vitalidad, le hace sufrir y doler en silencio, pero esta vez no lo puede callar.

Perdón.

Unos cálidos brazos la cubren protectoramente. Aquel aroma masculino que tanto extrañaba oler inunda sus fosas nasales, abrumándola en un santiamén. Aquellos ojos llenos de benevolencia y amor le sonríen una vez mas. Aquella sonrisa tan cálida esta cubierta de pétalos de cerezo y sangre. Naruto.

El no dice nada, solo le abraza con fuerza, como si su vida dependiese de ella y de ello realmente dependía. Sakura lleva sus delicadas manos al rostro del hombre de dorada cabellera corta. Coloca tan calidamente sus manos en sus mejillas y besa su mentón con amor.

─ Sakura ─ Logra articular el hombre. Una pequeña lluvia de sangre y pétalos caen desde su boca. La mujer le da una doliente mirada, pero el toma sus manos con sus fuertes manos y le besa los nudillos, dejando un poco de sangre y pétalos en ellos. ─ Ven conmigo ─ Susurra en el oído de la mujer.

Ella asiente y el hombre la carga caballerosamente en sus brazos. De un salto se separan de la tierra, brincando de casa en casa asta llegar a su destino. La roca hokage. La lleva asta un hermoso cerezo que embellece la fría roca. La sienta en sus piernas y la apoya en su pecho.

─ Naruto ─ Ronronea Sakura con calidez. El en respuesta acaricia su melena rosada dejando desprender ese dulce aroma a flores que el tanto extrañaba.

─ Sakura... ¿ Me amas? ─ Pregunta tímidamente.

La mujer empieza a llorar. Naruto sabe la respuesta.

─ Mi corazón grita tu nombre, pero mi cuerpo grita el de el ─ Lloriquea abrumada y dolida.

─ ¿Deseas amarme? ─ Su voz se vuelve fría pero extrañamente sigue conservando su dulzura.

La mujer asiente. El lleva su mano al rostro de la mujer, limpia sus lagrimas con amor y compasion. Besa su frente y toma su mano, preparándola para lo que dirá.

─ Entonces deja este mundo conmigo. Ven adonde podemos ser uno ─ Murmura. ─ Hanahaki me mata con lentitud y ya no puedo soportar el dolor de alejarme de ti. Acompáñame a un mundo mejor, donde tu y yo podemos amarnos sin culpa o miedo.

─ Tengo miedo ─ Susurra.

Naruto saca de su bolsillo una pequeña capsula blanca. Sakura la observa sin entender.

─ Esto quitara tu miedo. Dejare que mi cuerpo seda ante hanahaki, pero mi alma se ira contigo ─ Aprieta mas su agarre a la mano de Sakura. ─ ¿Vendrías conmigo?.

La mujer estalla en lagrimas, pero asiente. Esta abrumada y temeraria, pero deseosa de estar con el. De estar con Naruto.

Naruto sonríe con dulzura. Coloca la capsula en su boca y besa a la mujer que ama apasionadamente. El beso es acalorado pero no pierde la esencia de pureza. Era la mezcla entre lo prohibido y lo deseado, lo bueno y lo malo, lo oscuro y lo iluminado. Era amor. La capsula surte su efecto veloz, provocando un pesado sueño en ambos que los impide seguir. El coloca a la pequeña mujer en su regazo, cubriéndola en su capa blanca protectoramente y abrazándola posesivamente.Se recarga en el tronco del árbol, mirando la bella escena de los pétalos irse a un insiero lugar, libres.

" Toma mi mano y ven conmigo.

Vamos a donde no seamos juzgados.

Y la culpa y dolor sean abandonados.

Donde tu y yo seamos uno."

"Vamos a ese extraño lugar.

Donde la luz y la oscuridad danzan.

Tu seras mi luz y mi guía.

Yo seré la oscuridad y tu perdición."

" Deja esta tierra conmigo.

Y vamos a un lugar mejor..."

... Te amo.

Los días pasaron y la aldea buscaba desesperados a su líder y a su medico. Pero por días fallaron en su búsqueda. Una niña dijo que fueran a donde estaba el cerezo que sangra, pero los adultos no entendían. Solo uno se arriesgo a ir a la gran y fría roca para ver el cerezo que soltaba sus pétalos con intensidad. Al acercarse miro don extraños bultos; uno cubierto de flores de cerezo y otro reclamado por la ley de la vida. Sus ojos se abrieron con miedo y terror, pues un fino cabello rosa cayo a sus pies. El cuerpo que pertenecía hoy a la naturaleza, era su amada esposa y el gran bulto cubierto de flores de cerezo era su amigo. Sus ojos se inundaron con lagrimas y se alejo de la escena. Dolido y aterrado, pero comprensivo.

Adiós amada mía... Adiós amigo mio.