Stole My heart- Ruggarol

Capítulo 71

Fuimos por mis cosas y luego hablamos con mi doctor para recibir las indicaciones. Miraba a Ruggero y sentía mariposas danzando en mi vientre como si tuvieran una gran fiesta. Tomó mi mano hasta la salida del hospital, donde tuve que seguir caminando más adelante con los guardias de los chicos. El salió segundos después debido a las infaltables cámaras que los seguían para todos lados. Llegué al auto y vi a mi madre apoyada en este conversando junto a Gaston, quien al notar que me acercaba sonrió de oreja a oreja.

Karol: ¿Cómo está el chico con la voz más dulce? –Dije con emoción al abrir mis brazos y acercarme a él.
Gaston: El más hermoso también -Guiñó cómicamente y accedió a mi abrazo- ¿Bien y tú?
Karol: -Reí y di un paso atrás- Mucho mejor, definitivamente. Te vi arriba, eso creo.
Gaston: ¿A mí?, no recuerdo haberte visto...
Karol: A ti, te vi muy cariñoso con una enfermera –Dije picara.
Gaston: -Ruborizó- Es Connie, la amiga de mi prima y mía también.
Karol: Ah, ya veo -Sonreí- ¿Qué tal estas dos semanas pasadas?
Gaston: Créeme, no fue lo mismo sin ti.
Karol: Pero de segu...
Ruggero: ¿Y bien?, ¿listos para ir a casa? –Interrumpió con su mano en mi cintura.
Gaston: Si, allá nos esperan -Abrió la puerta del auto-
Karol: ¿A casa? –Protesté.
Ruggero: Si, ¿por qué?
Karol: No lo sé, quería conocer Nueva York, ya sabes, solo veía rascacielos...
Ruggero: Tenemos una semana para estar acá aun amor, además, hoy tienes que estar tranquila en casa, sin todo este ruido.
Karol: Espera, ¿No es un hotel? –Se me formaba una sonrisa.
Ruggero: No, es casa –Levantó sus cejas sonriendo.
Karol: Maravilloso –Di un pequeño rose en su labio y entré al auto mientras el sostenía la puerta.

El chofer manejó hasta una gran casa en el centro de la ciudad, con un ante jardín grande y colorido. Mamá bajó y me envió un beso con su mano antes de abrir la rejilla del jardín para entrar. Miré extrañada y le respondí con una sonrisa entre dientes, Ruggero rió de algo y eso me distrajo de la casa y volteé mi cabeza para verlo. Al sentir mi confusa mirada me sonrió y luego de tres segundos me talló un pequeño beso. El auto partió lento y mi mamá caminaba hacia la puerta, sentí susto de no verla más.
Llegamos a la casa y corrí hacia la entrada, en donde estaba Agustin bebiendo café. Me lancé a abrazarlo y el rió intentando salvar la taza y al hacerlo, me abrazó de igual manera. Entré y saludé a Kendra con un gran abrazo también, hasta que recordé mis bolsos y volví a la entrada por estos, pero Ruggero y Gaston los traían.
Saludé a todos los que vi y subí a mi habitación a cambiarme por una tenida más floja. Terminando, bajé al comedor en donde estaban ya todos acomodados y mi asiento estaba a un lado de Kendra.

Gaston: ¿Qué era lo que tenías?
Karol: Soy hipertensa.
Gaston: ¿Qué significa eso?
Karol: Me sube la presión.
Michael: ¿Es eso grave?
Karol: Pues sí, pero puede ser tratado.
Jorge: Eso es bueno, mi vida hubiera sido un asco sin ti.
Karol: -Reí- No exageres.
Michael: Ni idea tienes de cuanta falta hacías, en serio.
Karol: ¿Yo?, es gracioso que digan eso porque no soy muy útil que digamos.
Jorge: Si hacías falta mujer, mi cama estaba helada, tuve que dormir congelado –Reí ya que Jorge siempre me molestaba con cosas así.
Agustin: Hablando en serio, esa vez que Ruggero se salió de control por lo de Kendra no teníamos quien lo calmara –Todos lo fulminaron con la mirada y yo confundida pregunté.
Karol: ¿Kendra?
Agustin: -Avergonzado- ¿Dije Kendra?, no quise decir eso. Dios, ¿en qué estoy pensando? –Rió nervioso.
Ruggero: Yo creo que tienes fiebre –Dijo asintiendo.
Agustin: Am si, iré a tomar un poco de aire –Se levantó rápidamente.
Michael: -Rió rascando su barbilla- Este Agus...
Karol: Eso fue raro –Dije al probar mi helado.
Kendra: Si lo fue.

Agustin volvió minutos después a comer. Luego del almuerzo pasé tiempo con los graciosos chicos de sus orígenes. El timbre sonó y un pequeño niño estaba en la puerta, Dann. Mi madre y Dann nos visitaron y eso me tenía inmensamente feliz.
Dos días más tarde, me encontraba en el jardín con Mike y Jorge cuando Ruggero se me acercó con una sonrisa que sentía que ya era parte de él.

Ruggero: ¿Sola con estos peligros? –Fingió susto al ir acercándose.
Karol: Son unos peligros agradables –Reí al mirarlo.
Ruggero: Tendré que sacarte de acá unas horas y llevarte a otro mundo –Presionó levemente sus labios y estiró su mano para que yo la cogiera y eso hice.
Jorge: ¡Ruggero, no te la lleves!
Michael: ¡Ruggero, no te la lleves!
Ruggero: Mucho tiempo viendo televisión con Marie –Rió entrelazando nuestras manos.
Jorge Mentira, vemos los videos de Dora en tu laptop –Asintió con una mirada inocente.
Ruggero: ¿Sacaron mi laptop?
Michael: ¿Es en serio?, Acabamos de confesar que tienes vídeos de Dora la exploradora en tu laptop y tu preguntas eso, ¿en serio? –Rió intentando ser serio.
Jorge: Ya dejemos que estos tortolos vayan a perderse por ahí. Tengan cuidado –Se dirigió a nosotros.
Ruggero: ¿Nosotros?, cuidado ustedes eh, a mi no me engañan –Levanté una ceja.
Michael: Con Jorge somos muy machos, Ruggero.
Jorge: Tan así que usamos pijamas con patitas y orejitas –Sonrió.
Michael: Jorge –Murmuró.

Reí por última vez y caminé con Karol hasta el auto. Conducí hasta el centro comercial de la ruidosa ciudad. No pretendía comprar cosas aún, tenía algo en mente. La dirigí a una tienda muy costosa de Nueva York y la hice entrar. Ella sorprendida me miró.