Mujer de nariz enrojecida

Parte 1 Sin Título

La mujer de nariz enrojecida se maquilla entre ligeros va y bienes en el metro que le lleva a la fiesta de Anna. Sus ganas de mojar su alma con otra boca le suscita deseo y excitación. Tiene muy claro que quiere un hombre en su vida. Un señor, un caballero de los que pocos quedan hoy en día. Fiel y seguro de si mismo. Que no tenga miedo al devenir de su vida supeditada a la de ella. En definitiva, un hombre.Ella trémula y cándida espera a que el metro frene para apearse al andén. Sabe que es poderosa y dulce al mismo tiempo. Sonríe cuando sale a la superficie. El viento tiene un mensaje en un rumor fugaz que de repente ella entiende.La fiesta esta animada. Están las amigas de Marta y de Anna, sus dos mejores amigas. Al fondo, la gente baila, habla y se enredan como la maleza en una casa antigua. La mujer de nariz enrojecida se pregunta si acabara así de unida con algún amante de la fiesta.Ir y venir de tacones, sonido rítmico de cubitos de hielo en copas cansadas de ser besadas y manoseadas. Ella se cansa de esperar hasta un chico entabla conversación con ella. De lo más normal, como gotas de rocío deslizándose por las hojas de los Naranjos en la Sevilla de Lorca.Las jóvenes bocas deciden entrelazarse y desenredarse seguidamente. Extasis de fuego fatuo. Licor de quemar, corazones que retumban. Se siente el clamor de dos almas individuales que gritan por el bien común. La meta esta cerca. Gana la pasión inquieta y alocada.