-Ya voy Mady!, ve a bañarte-grite molesta.
Sabia que no debía haberlo hecho, pero realmente me sentía mal y cansada, me dolía todo el cuerpo de la sesión de gimnasia que habíamos tenido el día anterior, yo era pésima en esa clase y el maestro me exigía cada vez mas.-Esta bien-dijo triste y se volteo para dirigirse al baño de su dormitorio, cabizbaja tomo su ropa y se encerró en el baño para arreglarse.
<¿Porque no todos desaparecen sinplemente de una vez por todas?> pensaba cada vez que despertaba de esa manera, con ganas de que el mundo simplemente se esfumara y me dejara tranquila una sola vez, pero esa oportunidad era tan lejana, como ver a mi familia el fin de semana; cuanto los extrañaba.
No los veía desde que me había mudado ha este internado con mi mejor amiga y no los vería muy pronto, primero debería de terminar el curso y graduarme, como toda mi familia lo había hecho antes; era tradición de familia que todos fueran agentes especiales o apoyo para el gobierno de cualquier nación, graduados en la Worldwide Academy for Spys and Secret Agents o WASSA.Pero en fin, hoy no debía pensar en eso, ya tenia suficientes cosas en que pensar como para volver al pasado con cosas que ya habían tenido su lugar y tiempo para rondar por mi mente.
Me arregle rápidamente me metí a bañar y después me puse lo primero que había en mi armario, unos leggins negros con una playera de tirantes gris, como hacia frió tome un suéter de una de las sillas de mi cuarto y peine mi largo cabello castaño.
Vi mi reloj, marcaba las 7:00, todavía tenia media hora para desayunar y hablar un poco con Mady, mas que nada para disculparme por mi comportamiento.
-Ah, que bueno, al fin bajaste-dijo Mady en tono seco-prepare pan francés y café con leche, sírvete lo que gustes-tomo una taza y se sentó en la barra de dos vistas de la cocina.
-Hola Mady, buenos días-dije tratando de no perder el temperamento con su tono de voz frió y despreocupado-Lo lamento, pero tuve una mala noche-.
-Lo se, anoche gritabas durante tu sueño-dijo ella y se levanto.
-Si, fue una pesadilla, pero no es razón válida para que te hubiera tratado de esa forma esta mañana, de verdad lamento haberte gritado-dije y me acerque a la barra para sentarme.
-Te entiendo Emily, se que no te has sentido bien últimamente y esta bien que reacciones así, no hay problema-dijo ella con una sonrisa.
-Gracias- dije y ella me abrazo.
Desayunamos a prisa, sin mucha charla y le ayude a Mady a terminar su ensayo para la clase de la tercera hora.
Corrimos hasta la parada del autobús y los tomamos, casi nos deja.Al llegar a la escuela todavía teníamos 15 minutos antes de que la campana indicara el inicio de clases.-Emily, voy a pasar a los lockers antes de clases olvide mi localizador en el.Nos vemos en clase de lenguas ¿esta bien?-me dijo Mady cuando nos acercábamos a la cafetería.
-Si esta bien, te guardo un asiento junto a mi ¿quieres?-le conteste con mejor humor que el que tenia cuando desperté.
-Gracias amiga, nos vemos-y se fue rumbo a los lockers.
Me dirigí al salón de lenguas, pero no por el pasillo principal, quería hacer tiempo y no ser la primera en llegar a la clase.
Había docenas de pasillos en la escuela y el internado era muy grande, estaba formado por un complejo de edificios, unos destinados a los salones de clase y otros mas para albergar a los estudiantes en cómodos apartamentos compartidos por dos o tres alumnos.Realmente era una escuela majestuosa, y solo los mejores chicos y chicas de todo el mundo podían asistir a este lugar, había tantas clausulas para entrar al colegio y todos los alumnos que asistían se despedían de su vida para siempre, ingresabas a los 13 años y no salias hasta los 18, o hasta que se te solicitara para una misión.En este caso Madeleine y yo teníamos 16 ambas y estábamos ansiosas por graduarnos o tener una misión real.
Por fin llegue a mi salón, pero como iba pensando en tantas cosas no vi mi camino y tropeze, mis libros salieron volando y fue tan rápido que no me di cuenta quien estaba cerca.
-Emily ¿estas bien?-me pregunto Matthew Howard; uno de mis amigos desde que llegue a la escuela,era un chico alto,marcado, tez bronceada,ojos canela y cabello castaño, con una voz muy varonil, su madre era una espía rusa retirada y su padre un simple ejecutivo que pensaba que su hijo estaba en un internado militar.Su sentido del humor era lo mejor de el, pero su inteligencia superaba a muchos en el colegio.
Me dio la mano y me ayudo a levantarme y recoger mis libros.
-Si Matt, gracias-le dije,lo tome del brazo y lo apresure a entrar al salón.
-Hola Emily ¿como estas?-me saludo Kendall Shrim, el novio de Mady, era rubio, ojos verdes, alto, con músculos marcados y con el aire de galán de su padre, un agente austriaco que se habia enamorado de una modelo francesa y había dejado la vida de espionaje por cuidar de Kendall.
-Bien Kendall, pero recuerda que puedes ser lo más amable que quieras y aún así no te pasare las respuestas del examen de calculo diferencial,si no estudiaste estas solo esta vez-le dije con una sonrisa burlona.
-Ajá, ¿ así que solamente puedo ser amable cuando quiero algo de ti?-dijo y me miro- Ok esta bien, si quería que me pasaras unas respuestas, pero no estas de humor-acepto y se sentó junto a Mady que había llegado antes que yo a la clase.
-Perfecto chicos, buenos días-dijo la Sra. Dollanger cuando entro al aula-Espero que todos vengan bien despiertos y listos porque tenemos Examen sorpresa de Latín, los pondré en sus lugares para examen y empezaremos la prueba-dijo y saco su listado de alumnos.
Todos nos miramos con caras de decepción, tristeza y miedo, sobre todo por que los exámenes de la Sra. Dollanger tenia fama de ser los mas complicados de la escuela.
-Emily Stormber, te sentarás detrás de Suzanne French-dijo y siguió sentándonos a todos al azar.
-Perfecto empezamos la prueba, suerte a todos-nos paso los exámenes y nos dio la orden de empezar.