Novios... Por contrato

Reglas

El lugar era precioso. La naturaleza de ese sitio era un buen complemento para sentirse cómodo y tranquilo. Las mesas eran separadas a una distancia prudente para darle privacidad a cada uno de los clientes. También las decoraciones jugaban a su favor, haciendo el lugar aún más pintoresco.

Cuando entraron al sitio. Sasuke lo guio al centro del gran salón, exactamente a la mesa más solitaria del lugar, en dicha mesa, Hinata pudo ver a una mujer que no aparentaba tener más de 35 años. Era hermosa, la elegancia en persona.

Inevitablemente se puso nervioso. Era la madre de Sasuke Uchiha.

--¡Sasuke!--La señora se levantó apresurada y abrazo a su hijo. El Hyuga sonrió nostálgicamente. Como extrañaba a su mamá.

--Lamento la tardanza.

--Eso es lo de menos, lo importante es que estés bien. Pensé que algo te había pasado, siempre eres muy puntual.-- La preocupación en su rostro era palpable. Disimuladamente paseaba su mirada por todo el rostro y cuerpo de su hijo asegurándose que todo estuviera en orden. En medio de su escaneo, su oscura mirada paro en el tierno chico. Sus ojos se abrieron más de lo usual y sus labios formaron una pequeña o.

--Madre, te presento a Hinata Hyuga... Mi novio.-- Al darse cuenta de la sorpresa que Mikoto reflejaba, decidió presentarle al pequeño hombre y poner en marcha su plan.-- Hinata, ella es mi madre, Mikoto Uchiha.

-- U-un gusto señora Uchiha.--Hizo una pequeña reverencia.

Mikoto aún no reaccionaba, estaba impresionada por la apariencia del ojiperla. Mientras que Hinata, inconscientemente le mostraba una sonrisa cálida y en sus ojos se mostraba ternura. Si observaba bien, Sasuke había heredado los ojos, color de cabello y la tez de la mujer. Aunque su aura era muy distinta a la del heredero Uchiha.

El de estatura baja, fue sacado de su burbuja por un abrazo posesivo por parte de Sasuke.

--¿Madre... te encuentras bien?-- Fue tosco al tomarlo de esa forma, pero no le gustaba nada como miraba a su mamá. ¿Qué? ¿Acaso le gustaba su madre? Porque si era así, le recordaría a quien le pertenecía.

--Eres... ¿El novio de mi... hijo?

--B-bueno yo... L-lo soy.

La mujer se acercó al ojiperla, lo tomo de la cara mientras recorría cada rasgo y acariciaba lentamente sus mejillas.

--Eres hermoso... Tan tierno.

--¿D-disculpe?

La enorme sonrisa de Mikoto provoco el sonrojo de Hinata. Tenía una sonrisa muy linda.

--¡Kya! ¡Es perfecto Sasuke! ¡Lo apruebo! ¡Definitivamente!

El pequeño fue arrebatado de los brazos del azabache para ahora estar en los de la guapa mujer.

--¡Jamás pensé que existiría un chico tan lindo! ¡Ni Fugaku era así de apuesto cuando era joven!

La situación le incomodaba... Mucho. Aunque estar en los brazos de la esposa de Fugaku, era como estar en los brazos de su fallecida madre. La calides era la misma, la ternura también. Miles de recuerdos se amontonaban en su cabeza... Hace mucho perdió el privilegio de sentir el amor materno.

--Mamá.--Sasuke de nuevo tomo al chico, desprendiéndolo de los brazos de la Uchiha.--Sentémonos y hablemos como gente civilizada.

--Oh lo siento. Supongo que me emocione un poco.-- Avergonzada, los invito a tomar asiento. La compañía que se hacían era tranquila. Se sentía algo nervioso pero la señora Mikoto, resultaba ser una mujer muy amable, muy distinta a Sasuke, quien lo ponía nervioso sólo con verlo.

Misteriosamente, el Uchiha causaba muchas confusiones en sus emociones, pero no quería ilusionarse, sabía la fama que se cargaba. No por nada le llamaban el "Playboy de Hielo".

Dejando de lado sus pensamientos, se centró en la plática. La mamá del Uchiha era una mujer risueña y alegre. Era un ángel.

--¡Ay!-- Un pellizco en su muslo lo hizo saltar. Adolorido volteo a ver al azabache confundido. Mientras que Sasuke lo ignoraba.

--¿Te sucede algo? ¿Estás bien?

--S-si señora U-uchiha. Perdón.

--No te preocupes-- Sonrió cálidamente para hacerle saber que de verdad no había problema.--Bueno, a todo esto ¿Cómo se conocieron?

¡Demonios! El interrogatorio había empezado y no sabía cómo contestar. Inevitablemente se sentía como un novio pidiendo la mano de su... ¿Novio?

--Bueno... Etto... N-nosotros...

Los nervios de nuevo lo atacaron. ¿Qué se suponía que diría?

--Mi padre y el suyo tuvieron un par de negociaciones. En una de ellas nos conocimos.-- Intervino el chico de ojos negros.--Desde esa vez, nos hemos frecuentado y un día sin más terminamos juntos.

--¿Tu padre es un empresario?

Su mente se quedó en blanco. ¿Que le respondería? "Claro es uno de los empresarios más ricos, pero hace algunos meses me corrió de casa y me amenazo con no volver" Si, seguro daría una gran impresión-notase el sarcasmo-.

--S-si lo es.--Se limito a contestar.

--Ya veo. ¿Cuál es su nombre?

Por favor que alguien se apiade de mí y me maté

--H-hiashi Hyuga...

Mikoto abrió los ojos sorprendida. Hiashi Hyuga era conocido como uno del "Par demoníaco" por que él junto a su esposo, eran los empresarios más ricos y conocidos de ahí. Además de que sus actitudes eran algo similares en lo que respecta de autoritarios y gruñones.

--No te pareces en nada a él... Que alivio.-- En ese momento, su celular empezó a sonar. Por su tono de voz, parecía tratarse de trabajo.--Lo siento chicos, tengo que irme. Fue un gusto conocerte Hinata-kun. Esta relación tiene todo mi apoyo.--Tomo ambas manos.-- Hacen una hermosa pareja.

Después de eso, de manera elegante tomo camino a la salida, perdiéndose entre la multitud. El ambiente se genero algo tenso y no sabia porque.

--Vayámonos.

Salieron de manera silenciosa. Sasuke tenía mala cara, sus cejas estaban fruncidas y sus ojos mostraban frialdad pura.

Así como salieron del restaurante fue todo el camino. Incomodo.

Cuando llegaron al "Hogar" del pequeño, Hinata dio gracias a dios. Apresurado bajo del auto deseándole una buena tarde al Uchiha.

Su mano toco la perilla, pero no logro abrir la puerta.

Su cintura era apresada por el fuerte brazo del chico, la mano en la perilla era apresado por una más grande y sentía como el pecho del apuesto hombre estaba pegada a su espalda.

--S-sasuke...

--Creo que es hora de ir poniendo ciertas reglas.--Su aliento acariciaba la sensible oreja del peli azul, causándole un escalofrió por todo el cuerpo.

--¿R-reglas? Pero...

--Hinata, jamás me ha gustado compartir lo que es mio. --Su agarre se volvió más fuerte.--Así que una de las reglas es simple.-- Rápidamente volteo al Hyuga para poder mirarlo a los ojos.-- No puedes mirar a nadie más que no sea yo.

--¿Q-que?

--Eres mio. Y yo no comparto lo que es mio. Si rompes mis reglas, tendré que darte una reprenda.-- La mano que tenia en su cintura, la posiciono en uno de sus glúteos, poniendo rojo al pálido chico. --Recuerda a quien le perteneces Hinata.

Sus labios descendieron al cuello del más bajo, para morder la unión del este y del hombro. Lentamente se separo, le regalo una sonrisa engreída y se despidió para luego desaparecer del campo de visión del ojiperla.

Su mano viajo a la piel que fue mordida hace unos instantes.

Lo había reclamado. Le dijo que era suyo.